viernes, noviembre 1, 2024
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David Ibarra

Los tres buscatesoros

Entraron a la media noche, armados con picos, palas, una barreta y dos varillas de radiestesia, para percibir los...

Peor, cada vez al respirar…

El dolor palpitante y agudo se clavó en el costado derecho, donde terminan las costillas. Constante, y peor cada...

Una tristeza crónica

La niña estaba recostada en el sillón afuera del consultorio del hospital, donde hacía antesala con su mamá. Tenía...

Las mejores vacaciones de la vida

Dos llantas del coche tronaron a causa de tornillos enormes. Sólo tenía la llanta de refacción, delgada, enclenque y...

El olor de los moribundos

—El socavón está lleno de gases y enjambres de moscas carroñeras, no podemos entrar hasta que nos traigan las...

En un lugar de la panza…

—Sí, mi amor, está decidido, así le voy a llamar a mi restaurante: “En un lugar de la panza…”...
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Yo no me quiero morir todavía…

La primera vez que la vi, ella intentaba cargar dos costales de yute con cartones y envases para el...

Se hincó de pronto en la rodilla derecha…

Estaba a punto de perder. O así lo sentía. Pero en el último parpadeo antes de rendirse, recordó cuando...

Mi cochecito, color vino tinto

Era “mi zapatito”, porque se asemejaba a un zapatito de bebé. Pero al subirse, por dentro era un poderoso...

¡Estamos encerradas…!

Me llamo Giovanna de Jesús. Tengo seis años y me están mudando los dientes. Estoy chimuela, pues. Me pusieron...

La moneda de la discordia

—Yo estoy aquí para cuidar la casa hasta que se venda, don Alejandro. De día cuido la biblioteca del...

A 250 metros de profundidad

Taylor Crane tenía 16 años cuando quiso brincar el tiro abierto de una mina pero no alcanzó la orilla...