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Sindicalismo

Alguien que sin duda fue un bato muy picudo inventó el término “sindicato” que es una asociación de trabajadores pro defensa y promoción de los intereses de quienes la forman, básicamente obreros, aunque luego se haya deformado hasta convertirse en muchos de los casos en organizaciones poderosas, inmunes, inconmensurables y proclives a prácticas extrañas o deshonestas.

Los líderes regularmente son vilipendiados o adorados, criticados a venerados, odiados o santificados.

Jimmy Hoffa fue un líder de los transportistas en el vecino país del norte en los 70s y fue de tal calado su poderío que hizo temblar a la misma Casa Blanca cuando audaz, hurgó en las conversaciones telefónicas entre Marilyn Monroe y Robert Kennedy, aunque la prensa siempre quiso hacer creer que el amorío de la despampanante actriz fue con su hermano el Presidente.

El cadáver del líder jamás fue encontrado y muchos aseguran que fue la misma mafia siciliana con la que tenía nexos que lo ligaban estrechamente, la que lo traicionó y victimó.

Más ejemplos, podríamos escribir horas completas y no terminaríamos, por La Quina, Jongitud, Elba Esther, Vallejo, Fidel Velázquez, y muchos etcéteras.

Caso aparte es el líder de los mineros Napoleón Gómez Urrutia que hace unos días estuvo presente en una reunión en Canadá con los propietarios de las minas que operan en algunos estados de México.

La situación jurídica del tramposo dirigente sindical es un auténtico galimatías legal pero hasta la fecha nadie ha podido echarle el guante y extraditarlo para que purgue una condena cuantiosa por los desmanes y desfalcos que ha cometido.

El señor Brendan Cahill que es el presidente de la Ecellon Resources minera que opera en Durango y Zacatecas logró la aceptación del contrato colectivo de trabajo ante la Junta de Conciliación y Arbitraje que siguen reconociendo a Napito como su único representante sindical aunque se encuentre en calidad de prófugo de la justicia mexicana.

Para no creerse.

Así es que los mineros canadienses que operan las minas mexicanas tendrán que convencer y apapachar al corrupto líder minero para dejarlos trabajar, más allá que si es legal, correcto, o moral que una compañía extranjera escudriñe las entrañas de la tierra mexicana para extraer, transformar y comercializar los productos que los nacionales no tienen ni la capacidad ni el interés de hacerlo.

¡Ah, pero si alguien desea invertir en la exploración petrolera legalmente, estamos vendiendo la patria!

Mejor en lo oscurito se ponen de acuerdo con el sindicato y todo está legalizado, aunque el líder tenga orden de aprehensión.

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