Agradecimiento colateral

Suerte te dé dios, que el saber poco importa. Lo que para unos puede parecer tragedia, para otros es bendición y si algún ser humano puede regocijarse por todas las tragedias y calamidades que sufre el Estado, es Samuel el mentiroso-mentiroso, chamaco imberbe que llegó a la gubernatura con un portafolios repleto de ilusiones, pero combinadas con embustes, falacias y caprichos amén de altanería y arrogancia supina.

A Samuelito se le acabó el parque de la pistola del engaño al darse cuenta que gobernar no era tan fácil como imaginaba, porque su audacia de ser gobernador la pagó pronto pasando vergüenzas como la de llegar “barriéndose” en palacio a retomar la oficina cuando se arrepintió de ser candidato a la silla mayor, estando a minutos que el interino Luis Enrique Orozco que había rendido protesta ante el H. Congreso, estirara la cobija percudida de las tropelías que ha cometido y que deseaba que el inútil Javier Navarro Velasco, inefable X2 “maquillara” mientras él soñaba con la falacia de ser presidente de la república.

Todo esto, aderezado con la presunción de contar con tres doctorados y haber publicado cuatro libros que nadie sabe dónde estuvieron los sinodales para concluir sus grados académicos y la ubicación de las prensas editoriales que imprimieron los originales para luego enviarlos a las librerías para su comercialización. 

Mentiroso es todo un caso, nos engañó a casi todos porque su frescura mostrada como legislador local y luego como senador hacía suponer que tendría madera para heredar la silla del “Bronco” Rodríguez, pero como rima la canción: todo lo que soñé, era mentira…

Pero llegó y echó andar la máquina del embuste y la exageración, pero imprimiendo un estilo pocas veces visto que es el autoritarismo tal vez copiando al inquilino de Palacio Nacional que le habría hecho creer que sería su alter ego e inversión del futuro haciéndolo sentir el próximo presidente.

Llovieron las promesas de más líneas del metro 4, 5, 6 hasta el infinito, arreglando el problema del agua en 15 minutos, la inseguridad en 20, corriendo a Aldo Fasci y nombrando a Gerardo Palacios, la compra de mil autobuses que llegarían en semanas, las escuelas se techarían y se electrificarían en una semana, nada sería imposible teniendo a su compadre como alcalde Luisín Donaldín Colosín que sirvió a la comuna regia para tres cosas; para nada, para nada y para nada.

Remataba el montaje de la obra sensacionalista de mentiroso-mentiroso con el anuncio de la noticia bomba que quedó en tirititito como grita “El Perro” Bermúdez, con la llegada de la planta TESLA a Santa Catarina y para poner la cereza al pastel mandó comprar un auto de la marca para que Elon Musk viera la sumisión y rechazo del ridículo porque invitaba a bautizar su hija que llegaría al seno de la familia García-Rodríguez

Pero todo quedó en buenas intenciones, porque ni se arregló el problemón del agua, la violencia es pan de todos los días, los pleitos con el Congreso, con el Poder Judicial, con los medios, las fallas constantes del Metro, los camiones llegan a cuenta gotas que nos dimos cuenta que son re-manufacturados, su ilusión de que Mariana, que no vive en Monterrey se le está haciendo agua y para rematar, el millonario que no aceptó bautizar a la niña, anuncia el despido del 14% de sus trabajadores y postergación de los proyectos de plantas armadoras nuevas que incluye… la de México.

¿Verdad que fue menos malo que Nuevo León viva tantas desgracias para palidecer las tormentas que son color rojo fuego?

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Chava Portillo