¿Para qué sirvió?
No sería la primera vez, seguramente tampoco la última, que hago una mención poco agraciada de algunos jóvenes que, en muchas ocasiones,... [Seguir leyendo]
Incredulidad
No será la primera y por supuesto ni la última vez que me etiqueto como un ser humano que no cree en los debates, —políticos — como en las encuestas o la democracia, porque son un platillo comercial y primero está el billete que sus doctrinas y sus lealtades. Los políticos cambian de partido como cambiar de calzones ya que para ellos no existe el amigo sincero, mujer honesta ni corbata bonita.
De las encuestas, y en esas están consideradas las que aparecen en los medios el lunes por la mañana juzgando quién fue triunfador en el debate entre las señoras que se disputan el honor de gobernar este país. Del pobre diablo que anda como los pelos del bigote, en medio y estorbando, no dedicaré más que un par de renglones porque todo ese tongo es una broma de mal gusto que se gestó desde que el vivales de Dante Delgado haciendo caso a su amigo-cómplice “El Cocodrilo”, inventaron una tocada para ponerle sabor al caldo y le calentaron la cabeza a Samuelito el mentiroso haciéndole creer que tenía el tamaño para jugar en grandes ligas y se tragó todo el curricán.
Era la jugada perfecta, un bandolero bravucón que no gana, pero hace mucho ruido, además, es como los pendejos con iniciativa, échalo a andar y espera resultados. Mentiroso, ahora con su esposa complemento ideal de la faramalla, dieron tanta efervescencia al incoloro MC y con unos pinchurrientos tenis anaranjados hicieron una revolución entre unos ciudadanos, que carentes de valores y un liderazgo inteligente se embobaron con los zapatos novedosos como hace algunos años lo hiciera el güerquete indígena, que con un ukelele y una tonada pegajosa le dieron resultados inesperados.
Pero siguiendo con el debate no hubo novedad, Xóchitl en su papel de valentona y poniendo en aprietos a la princesa de Palacio Nacional que se empezó a poner nerviosa porque ya no quería queso, sino salir de la ratonera, porque ahora sí, sin nervios y sin hacer caso a los asesores, olvidándose del teletrompter, le dio una felpa a la consentida del profesor.
Del otro chamaco imberbe, reitero, parecía más un promotor de Nuevo León y Jalisco que un candidato a la presidencia, habló más de los logros de mentiroso y el avance del charro Enrique Alfaro, que, de sus propuestas, aunque no las tenga.
Solo bebió un sorbo de algo de su termo y olvidó desechar el nerviosismo del pasado debate donde consumió cantidades industriales sin ir al baño y también dejó de poner la sonrisa estúpida que lo caracterizó para causar conmiseración.
De las mesas redondas a posteriori, la más interesante fue obvio, la de Televisa por razones lógicas, jamás podrán igualar el talento, preparación y experiencia de su elenco estelar, los demás maturrangos de las otras cadenas, quieren, pero no pueden.
En resumen, no sé si le alcance a Xóchitl el tiempo para terminar de noquear a la judía, pero en esta guerra de lodo, la hidalguense dejó muy en claro la franca debacle de Morena porque con las grandes derrotas anticipadas de Veracruz, CDMX y demás resentidos por los pésimos resultados, la gente ya empieza a manifestar su agravio, nos da un halo de esperanza de que este vía crucis termine y termine, bien.