El Canelo le dijo a La Hoya
Surgió una discusión entre El Canelo Alvarez y Oscar de la Hoya. El tema planteado por el Canelo fue la autoría de... [Seguir leyendo]
¿Guacamayas en el alambre?
Esta historia no se va a llamar “pájaros en los alambres” sino “guacamayas en los alambres” y ahorita le explico por qué.
Lo desmenuzo sobre todo para los más jóvenes: el término “pájaros en los alambres” era utilizado para hablar de que las comunicaciones, antes de la era digital, estaban intervenidas. Les recuerdo muchachos y muchachas que los teléfonos usaban cables, aun los de casa y nada más había telefonía fija, no “incordónica”.
Así que el título de “guacamayas en los alambres” es obvio, porque me voy a referir en esta entrega a mi punto de vista del supuesto robo de información que un presunto grupo de hackers llevó a cabo con la Secretaría de la Defensa Nacional (y el gobierno mexicano) como su objetivo.
Oiga es que de ser cierto que nuestras fuerzas armadas son tan vulnerables ojalá y no tengamos guerra ni con Hualahuises, porque le tengo noticias, la perdemos.
Claro que ahora nos quieren consolar con lo de que es mal de muchos, y con el consuelo de tontos culpan al mismo supuesto grupo de avanzados técnicos de la computación de haber penetrado sistemas de informática en Chile, Perú, El Salvador y Colombia.
Pero al grano, como dirían los dermatólogos que curan a los enfermos de tlacotes: ¿Cómo dicen que sucedió el ataque a la Sedena?
Ah, pues según informes que han trascendido la forma en que este grupo “Guacamayas”, ha accedido a la información, fue aprovechando de algún tipo de vulnerabilidad cibernética en los equipos, ya sea porque a alguien se le olvidó actualizar el sistema operativo o por una falla en su configuración.
Y dicen que fueron seis TERABYTES de material los que alcanzó a robar el grupo internacional de acuerdo al periodista Carlos Loret de Mola.
A estas alturas, le propongo hacer una pausa para darnos una idea del tamaño de la base de datos “robada”:
De acuerdo a los que saben, 1 TB de almacenamiento equivale a aproximadamente a 16 teléfonos Samsung Galaxy o iPhones de 64 GB, de los chiquillos. 1 TB también equivale a aproximadamente 4 computadoras portátiles de Windows o MacBook, con disco duro de 256 gb.
Los discos duros externos individuales, los modernos de estado sólido, generalmente comienzan con 1 TB de almacenamiento, con opciones más grandes que superan los 32 TB.
Y aquí viene lo bueno: ¿Cuánta información puede contener 1TB?
Se habla de 250 mil fotos tomadas con una cámara de 12 MP; 250 películas o 500 horas de video en HD; o 6,5 millones de páginas de documentos, normalmente almacenadas como archivos de Office, PDF y presentaciones. También es igual a 1300 archivadores físicos de papel.
Multiplique usted estos datos por seis, y se dará una idea del boquete que supuestamente le abrieron a la Sedena.
Ahora, vamos a hacer de lado lo que se robaron, y pensar, que, si fue por una conexión normal el robo, ¿cuánto tiempo se habrán tardado los supuestos hackers en hacerse de la información?
A como están las conexiones de internet en México, que no son especialmente rápidas, esa operación pudo tardar semanas.
Una de las últimas notas del tema apunta: “En una bolsa de plástico transparente depositada en los contenedores de basura de la Base Aérea Militar No. 19 (BAM-19) se encontraron documentos con planes de vuelos realizados por el Mando Supremo de las Fuerzas Armadas, que según la ley es el presidente Andrés Manuel López Obrador, y el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, entre el 18 y 27 de marzo de este año 2022” lo que refuerza la teoría de que la información no fue sustraída por internet, sino que se trató de un vulgar robo mediante usbs o de discos duros completos.
Insisto en la baja calidad de la conexión de internet en México.
Claro que los más alucinados siguen pensando en tipos de la talla de Tom Cruise en leotardos y colgados de cables invadiendo un site de computadoras, para en un solo jalón perpetrar la invasión y el robo de datos. Esas sí son calenturas.
Lo que sí es cierto es que poco a poco nos iremos enterando de qué contenían esos supuestos teras y teras de información, y entonces sí a bailar, pero con la más fea.
