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La información nunca está protegida

Y un sabino de Céntrika habló

¿Cuál ha sido su mayor satisfacción?
Lograr exitosamente, con el apoyo moral de la comunidad, la conversión de un predio industrial contaminado de 63 hectáreas en el corazón del área metropolitana de Monterrey, en un desarrollo de vanguardia sustentable de usos mixtos llamado: Centrika.

Alberto de la Garza Evia.

El pasado 6 de octubre de 2013, el Periódico El Norte refería en una nota que un árbol Sabino, plantado apenas un año antes en terrenos del Fraccionamiento Céntrika, por la alcaldesa Margarita Arellanes para conmemorar el 416 aniversario de la ciudad lucía seco, muerto.

Sin pretender torpes conjeturas para explicar la suerte del ejemplar arbóreo, recordemos que los terrenos en donde se plantó el sabino, están contaminados con metales tóxicos. En el año de 2006, la organización no gubernamental Comité Ecológico Pro Bienestar solicitó la intervención de la LXX legislatura del Congreso del Estado de Nuevo León, a fin de que se exhortara a las autoridades ambientales a realizar una inspección a un predio ubicado en las calles de Guerrero y Ruiz Cortines, colonia Victoria del municipio de Monterrey, y se les exigiera la exhibición de  toda la documentación relativa a los permisos y autorizaciones para desarrollar el proyecto Centrika.

Como se recordará, las obras del citado proyecto urbanístico consistente en un centro comercial en más de 25 mil metros cuadrados de extensión, destinados a tiendas de autoservicio, tiendas departamentales, cines y restaurantes y, lo más peligroso, la construcción de mil 158 viviendas, se realizó sobre los terrenos donde antes había estado por 100 años la planta Industrial Minera México S.A. de C.V., IMMSA,  históricamente conocida como ASARCO (American Smelthing Company),

Como mera referencia, la Minera México, (IMMSA) durante los últimos años se le ha denunciado por la contaminación también con descargas industriales de los ríos Álamos y Sabinas, ubicados en la Región Carbonífera de Coahuila, afectando la calidad del agua y rebasando los niveles para la sobrevivencia de vida silvestre. El agua de esos ríos es utilizada por los regantes de Anahuac, en Nuevo León, para los cultivos que se desarrollan en ese distrito de riego.

Como se observa, IMMSA no solamente se constituye en una firma que asesina mineros, (recordemos el lamentable caso de la mina Pasta de Conchos), sino también basa su negocio millonario en la depredación ambiental de la biodiversidad, como lo es la exposición de amplios sectores de la zona urbana de Monterrey al riesgo que significa vivir bajo residuos tóxicos y la contaminación subyacente que obran los mismos.

Pues bien, como lo señalaban en su denuncia los propios dirigente del citado Comité Ecológico, María de Jesús Mejía de Marqueda y Guillermo Martínez Berlanga, lo más cuestionable e inaudito de dicho caso es que la planta industrial minera de Monterrey fue clausurada en forma definitiva desde hacía el mes de junio de 1993 por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), debido a que en el sitio se confinó, ilegal, deficiente e inadecuadamente alrededor de 500 mil toneladas de residuos industriales peligrosos, tales como arsénico, plomo, bismuto, cobre, zinc y cadmio.

Por tan graves irregularidades ambientales la planta permaneció cerrada por trece años.

Los dueños de la empresa minera simplemente se negaron a cumplir la sanción de remediar (limpiar) el predio y trasladar las 500 mil toneladas de tóxicos hacia un confinamiento autorizado de residuos industriales peligrosos, (RIMSA), ubicado en Mina, N.L.

Durante esos trece años nada pasó adentro de la planta industrial. Todo ese tiempo se quedó intacto el confinamiento clandestino -el cual, según notas periodísticas medía cerca de 100 metros de diámetro por cinco metros de altura-, con las 500 mil toneladas de desechos altamente riesgosos para la salud de los vecinos, y el medio ambiente de la comunidad.

Inclusive autoridades de la Secretaría de Salud en el Estado en su momento refirieron que los índices de enfermedades de origen cancerígeno en la zona del predio, en particular entre los vecinos de la colonia Victoria son mayores a la media en el Estado.

Sin embargo, en noviembre del 2004 volvió la zozobra entre los vecinos y sus familias cuando vieron el diario movimiento de camiones de carga y la remoción de toneladas de tierra en el interior de la planta.

El 23 de noviembre de ese año se haría pública la denuncia de que los nuevos dueños del predio, Inmobiliaria de Inversiones, encabezada por Alberto de la Garza Evia, sin importarles la salud y el agua del subsuelo, prefirieron volver a enterrar in situ los tóxicos para ahorrarse tiempo y dinero, ya que se dijo que en trasladar y confinar los desechos de ASARCO hacia RIMSA se tardarían de cuatro a cinco años y les costaría 500 millones de pesos, por lo menos.

Desde entonces se supo que los interesados habían encargado estudios sobre la contaminación del suelo a la propia Caintra del Estado, cuyo personal de aquella época refirió a quien esto escribe que efectivamente el predio excedía por mucho los índices de contaminación permitidos para sustentar la salud humana.

A cuenta gotas, tiempo después, los medios de comunicación dieron a conocer que la Dirección de Desarrollo Urbano de Monterrey, dirigida en ese momento por Jorge A. Longoria Treviño, había otorgado permiso para el proyecto Céntrika. Ante las nuevas protestas vecinales, el entonces titular de Desarrollo Urbano se comprometió a estudiar a fondo su denuncia.

Compromiso que se quedó en promesa pues Longoria Treviño fue removido del cargo. Luego se sabría que otorgó dicho permiso con base en una autorización dada por la Semarnat en el Gobierno de Vicente Fox.

De acuerdo a notas periodísticas el 22 de noviembre 2006, Diputados locales de las comisiones de Salud y Ecología del Congreso del Estado recorrieron el predio y recibieron el expediente técnico del desarrollo.

Alberto de la Garza Evia, promotor del proyecto, les aseguró a los legisladores que el terreno localizado en el área de Ruiz Cortines y Guerrero cumplía con los lineamientos para la construcción de casas habitación, áreas comerciales y de servicios.

En una explicación a los legisladores, los promotores de Céntrika aseguraron que el predio, fue sujeto de un proceso de remediación que permitió sanearlo de contaminantes. En dicha visita, De la Garza Evia confesó que en el área existe una porción de terreno en la que fueron confinados escombros de la planta, y de las casas-habitación que ocupaban los ingenieros que ahí trabajaban.

Explicó además que 8 mil 500 toneladas de desechos fueron enviadas al confinamiento ubicado en el municipio de Mina hace dos años y medio, y que el terreno fue rehabilitado.

En la reunión estuvieron, entre otros, el tristemente célebre Fernando Larrazabal.

El Congreso posteriormente decidió dar por terminado el asunto dando carpetazo al expediente en cita.

Pero de lo anterior se destaca que el propio De la Garza Evía refirió que el terreno fue remediado, cuando se sabe que la mayoría de los contaminantes nunca fueron trasladados sino que fueron simplemente enterrados, e inclusive el propio Gobierno del Estado, en la administración del Natividad González Parás, por medio de  la Secretaría de Salud en el Estado detectó arsénico en las aguas subterráneas del predio, lo cual quizá sería corroborado con un estudio físico-químico, bacteriológico y de metales pesados que se le solicitó a los Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey.

Así tenemos que el proyecto urbano y comercial Céntrika está construido encima de un cementerio tóxico de por lo menos 500 mil toneladas de residuos peligrosos, y cuyo dato es conocido por autoridades de los 3 niveles de gobierno, así como especialistas, y sin embargo, el conjunto inmobiliario, nunca fue cancelado.

Esto significa que los terrenos donde vive? gente están sobre suelos contaminados con la complicidad de autoridades, y “ambientalistas” incompetentes y corruptas.

Inclusive este tema, en su etapa primera, llegó a ser tema de discusión de la Sociedad de Urbanismo capítulo Monterrey, A.C. (SURMAC) que actualmente  dirige el arquitecto Juan Ignacio Barragan Villarreal, y donde prestigiados arquitectos y urbanistas conviven al menos una vez por mes comentando puntos de interés en materia urbana. En una cita llevada a cabo en el Club Industrial de Monterrey, el 9 de septiembre de 2006, los responsables de Céntrika, les expusieron a los urbanistas sus puntos de vista y argumentos para afirmar de que en ese terreno la contaminación que generó ASARCO por unos cien años refinando plomo y obteniendo oro, plata y zinc, ya no era problema alguno para instalar viviendas, centros comerciales, recreativos.

En dicha reunión se mostraron las acciones de remediación (control de contaminantes en esa zona urbana) o cómo se entierran más de 500 mil toneladas de arseniato de calcio (arsénico) para empezar, en dos grandes pirámides que están dentro del magno proyecto, y se manejaba que se necesitaban unos mil millones de pesos para remediar ese asunto y que sólo se habían invertido unos 200 millones de pesos.

Lo anterior lo explicaron el propio Alberto de la Garza Evia, presidente y director general  de Internacional de Inversiones, S. A. de C. V., Alfredo Marín, director de operaciones de Internacional de Inversiones, Miguel Bremer quien fungía como el director de la unidad de negocios del proyecto Céntrika, Benjamín Limón, jefe del departamento de ingeniería ambiental de la facultad de Ingeniería Civil de la UANL y líder de la supervisión de los supuestos trabajos de remediación del predio adquirido a Industrial Minera México, por el fideicomiso empresarial que representa Internacional de Inversiones, S.A. de C.V. y  Angel Quintanilla- consultor socio ambiental.

Bueno sería a 7 años de distancia, volver a citar a tan distinguidos caballeros, pero también convocando a la Prensa, a Ecologistas, a los vecinos de la Colonia Victoria, a los extrabajadores de ASARCO, sí es que todavía están vivos, y no solo a los afamados urbanistas de SURMAC quienes en su mayoría son o fueron funcionarios de los tres niveles de gobierno, empezando por su actual presidente. Como que no van a ponerse a las patadas con el gran capital de una plutocracia regia, quienes se olvidan que ellos y sus hijos viven en Monterrey, y el riesgo urbano no se vale que lo paguemos todos por la avaricia de unos cuantos.

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