Veracruz: El paraíso perdido
Veracruz gana sin bulla y alegría, triunfa con cifras hace décadas nunca vistas, pero nadie muestra su alegría; todos callan,temerosos. ¿Qué sabrán?... [Seguir leyendo]
A México, según algunos, lo acechan todo tipo de males, desde las más terribles amenazas naturales hasta las peores conductas del ser humano.
Si no son terremotos, trágicas lluvias o inundaciones, las actitudes de muchos mexicanos dañan la convivencia hasta exacerbar la vida cotidiana de todo un pueblo.
Alguien dijo, fulano de tal es un peligro para México, y resulto tan malo el pinto como el colorado.
Una de las principales acusaciones que se hicieron en contra de aquel, era que iba a dividir a México.
Total que se levantó una gran muralla de poderosos ante él que «impidieron» (?) que se cumpliera dicha amenaza, pero la sociedad mexicana está dividida. ¿Qué pasó?
La cosa es que «haiga sido como haiga sido» este país sigue retrasando su desarrollo y esa lapidaria frase nos retumba fuertemente en lo más profundo de la conciencia.
Pactos que no se respetan, reformas que no terminan de redondearse, leyes que se violan o se incumplen, posiciones políticas más duras que el acero, un juego de vencidas interminable, mientras nuestra nación va cayendo, de nueva cuenta, en el subdesarrollo.
Los habitantes de la Alta Montaña en Guerrero no han recibido, aún, la atención que urge por los daños que le ocasionó el Huracán Manuel.
¡¡Que poca Madre!! No tenemos ni pena, ni memoria, a esa región no le ha llegada nunca la atención, punto.
Esos pobres son damnificados de nuestras conductas, de nuestros procederes, cada 3 o 6 años los visita el político mañoso en turno y uno que otro habitante viste la camiseta que le dejó el candidato José López Portillo a su bisabuelo.
Somos insensibles consuetudinarios, no nos importa nadie, incluso, muchas veces, ni nosotros mismos.
Solo podemos agregar que hoy México está poblado por habitantes inertes e inermes y que además vive infestado de víboras, políticos ladrones, farsantes, incompetentes, corruptos y cínicos.
Hagamos algo, por favor.