Las últimas boqueadas
El PRI sobrevivió a la primera alternancia porque controlaba la mayoría de los estados y el Congreso, por la red de intereses... [Seguir leyendo]
El “oro negro”, como se ha bautizado al petróleo, es la manzana de la discordia entre partidos políticos llamados de izquierda; insisten en que “se está vendiendo al país” (Reforma Energética) aunque nunca nos explican – con solvencia – en qué consiste ésta venta.
La expropiación petrolera no existe; fue la expropiación de las compañías petroleras que estaban funcionando en México hace más de 75 años.
El Decreto del Presidente Cárdenas fue una declaratoria de inconformidad de parte del Ejecutivo federal, a la actitud tomada por las empresas ante un laudo de la Suprema Corte, debido a la huelga de los trabajadores de PEMEX; se creían con fuerza suficiente como para desacatar un laudo judicial, constitucional; es todo. El Ejecutivo reaccionó en consecuencia.
Sólo existía una empresa norteamericana, las demás eran europeas; estoy cierto que se dedican a defender los intereses de sus empresarios en todo el mundo; no era el caso; de ahí sus escasos reclamos y su acatamiento – y respeto – a la decisión del Presidente Cárdenas. Si se hubiera tratado sólo de empresas estadounidenses, nunca hubiera prosperado ésta decisión presidencial.
Aquella vez se hizo un estudio del tema – ordenado por el Ejecutivo – sobre esto, efectuado por intelectuales destacados del país, algunos “de izquierda”, como el señor Silva Herzog.
Nadie me negará que esa era también la ideología de Lázaro Cárdenas.
Por mucho que estudiemos la “exposición de motivos” que dieron origen a dicha expropiación, siempre llegamos a la conclusión de que no fue una decisión político – económica, sino laboral.
Ya lo ha dicho Peña Nieto durante su Candidatura y ahora, desde la atalaya Presidencial; NUNCA ha existido la intención de vender PEMEX a empresas privadas; la reforma Constitucional a los Artículos 27 y 28, no habla de vender ésta empresa; sólo permite la inversión de particulares, cuando se trata de NUEVAS búsquedas de petróleo, sobre todo en el mar, en aguas profundas. PEMEX no se vende. ¿Habrá quiénes sigan pensando así? ¿Acaso saben los compradores cómo tratar al Sindicato? ¿Y qué me dicen sobre el gravoso pago a Hacienda, por parte de PEMEX?
No tenemos la tecnología adecuada; por ello la necesidad de asociarse con empresas particulares; se trata de mejorar, de modernizar. El Presidente Cárdenas así lo expresó, en su tiempo.
Ahora, los tiempos han cambiado; hemos visto la incursión de empresas privadas en Cuba, Venezuela y Brasil, gobiernos que –inferimos – son de “pensamiento de izquierda”.
No hay qué encasillarse hablando de imperialismos; debemos avanzar en éste y en otros rublos; el mismo PRI ha reaccionado hacia caminos distintos; así debieran reaccionar quienes se ufanan de ser “de izquierda progresista”. ¡Hasta el Vaticano está cambiando!
La Reforma Energética busca hacer las cosas de manera distinta a como pensábamos en 1938.
Sigo sin entender esa cerrazón de las llamadas “izquierdas”, que son proclives a mantenerse en ideologías obsoletas; ahora son ellos quienes se aferran a tiempos pasados, son conservadores a ultranza. Veo sólo incomprensible cerrazón entre quienes se dicen “progresistas”.