Las últimas boqueadas
El PRI sobrevivió a la primera alternancia porque controlaba la mayoría de los estados y el Congreso, por la red de intereses... [Seguir leyendo]
Primero hay que ver los daños causados a la República por las dos tormentas tropicales que nos azotaron en ambos litorales.
Dicho ataque de la Naturaleza causó mucho daño al territorio nacional; caminos con deslaves, ríos desbordados e incontrolables, casas destruidas y mucha desgracia.
Las autoridades confirman la muerte de 47 personas por el embate arrollador de ambos meteoros.
El Presidente Peña canceló el día 15 la tradicional cena de gala en Palacio Nacional para reunirse con su Gabinete en pleno y dictó órdenes para que se desplazaran a diversos estados dañados.
El 16, presenció el desfile de las fuerzas armadas; tan pronto acabó, se fue a ver personalmente el desastre en el Estado de Guerrero para dar instrucciones in situ.
En la capital, el Jefe de Gobierno, Mancera, cumplía con el protocolo de su Primer Informe en un recinto colmado de claques perredistas. En su lectura, nos dijo que propone la instalación de “un fondo para destinarlo en caso de que las manifestaciones hagan destrozos en la capital” (sic)
Con ello, les dice a los anarquistas que – desde ahora – contarán con una patente de corso para que hagan lo que quieran; habrá fondos suficientes para resarcir los daños que hagan los vándalos profesionales; nuevo desastre, sin duda.
Continúa el desastroso informe: “La tolerancia es símbolo de fortaleza, nunca de debilidad” ¡bravo! Pero ¿Cuánto dura esa tolerancia? ¿Acaso un mes, como lo han demostrado los maestros de Oaxaca? ¿O cuando impunemente cerraron los accesos a recintos legislativos federales?
Dijo además: “Las afectaciones generan justificada indignación” ¿Quién duda de eso? Pero ¿Hasta cuándo deben aguantar los chilangos la justificada indignación, tolerada por la criminal inacción de la Autoridad capitalina?
Sigue la pieza oratoria: “No promoveremos acciones violentas” Nadie le ha pedido eso; le han recordado su obligación como Mandatario. Sólo la contención; nadie habla de represión.
La Policía federal demostró que se pueden quitar estorbos de vociferantes ácratas sin ocasionar lastimados, cuando los sacó el día 13 del zócalo capitalino en una acción incruenta.
Además expresó: “De las 2 mil 300 marchas efectuadas en el D.F. el 68 % son por causas ajenas a la ciudad” nuevo dislate, aunque éste de carácter político; eso no lo exime de cumplir con la ley, algo que es su obligación y que chabacanamente ha eludido.
Ya podrá dormir en paz si se acepta su propuesta del “fondo para desastres de vándalos” en la capital. Sus claques llamados “asambleístas” se pusieron de pié para recibir con júbilo su propuesta. Primero rebajaron las penas por hacer desmanes y ahora éste nuevo desastre.
Lástima; en el D.F. sus autoridades recetan desastres que hacen la vida imposible a su población.
Vamos de gane; atendiendo pacientemente a criminales de toda laya. Enhorabuena.