Veracruz: El paraíso perdido
Veracruz gana sin bulla y alegría, triunfa con cifras hace décadas nunca vistas, pero nadie muestra su alegría; todos callan,temerosos. ¿Qué sabrán?... [Seguir leyendo]
Por: Omar Elí Robles
Las convulsiones suelen causar dolor…
Pero sobre todo, las convulsiones toman la voluntad del cuerpo y lo azotan.
No hay voluntad que pueda detener una.
No hay manera de evitar el grotesco movimiento y los golpes que de él provienen.
El PRI vive esa clase de problema.
El triunfo en la Presidencia de la República originó algo que temían muchos gobernadores: El regreso de un Gran Jefe… de un Primer Priísta del País.
Enrique Peña Nieto se convirtió en ello…
Hoy el PRI se convulsiona porque su interior, su cuerpo se revuelve entre la lealtad al Presidente y la lealtad a sus gobernadores.
No es lo mismo…
Los Gobernadores estaban acostumbrados a mandar desde su base local, todo lo que tuviera que ver con diputados locales, federales y senadores.
Ellos daban línea…
Pero ahora, la voluntad del cuerpo que busca la sobrevivencia, lleva a quienes no consiguen los nutrientes aquí… a buscarlos allá.
Y viene la convulsión… el dolor… los golpes naturales y sin mucho razonamiento.
¿Cuánto tiempo durará?
Lo que se tarde el Presidente en demostrar que él es quien manda ahora…
O lo que se tarden los gobernadores en doblar la voluntad presidencial con sus voluntades locales múltiples.
O, mejor aún… lo que se tarden en sentarse, tomar un respiro y repartir áreas de poder e influencia.
¿Apostaría usted por alguna?