Veracruz: El paraíso perdido
Veracruz gana sin bulla y alegría, triunfa con cifras hace décadas nunca vistas, pero nadie muestra su alegría; todos callan,temerosos. ¿Qué sabrán?... [Seguir leyendo]
Declaraciones e imprecisiones
Lo de hoy, sin duda es la declaración patrimonial que este miércoles publicó el presidente Peña Nieto, cuya acción fue secundada por una buena parte de su gabinete. De entrada, es interesante ver lo que el presidente Peña declara como bienes. De cuatro casas, cuatro terrenos y un departamento, él mismo sólo compró dos casas, el resto lo recibió por donación o herencia. La declaración de Peña Nieto, publicada en el portal de la Presidencia, dice además que posee obras de arte, relojes y joyas, y menage de casa. De esto, sólo muebles y enseres domésticos, además de un lote de relojes y joyas, fueron comprados por el mandatario. El resto fue adquirido por donación o herencia.
Peña Nieto declara siete diferentes tipos de inversión, aunque sólo describe sumariamente tres de ellas. Sí dice su sueldo como Presidente de México, y gana 193 mil 478 pesos netos al mes. Aunque se ha hecho notar en algunos medios de comunicación que hay funcionarios que ganan más que él.
En la declaración que Peña Nieto hace de su patrimonio, hace algunas excepciones. No declara ingresos netos por actividad industrial, comercial, financiera y “otros”. Tampoco el valor de bienes muebles, inmuebles y vehículos. No declara el saldo en inversiones, cuentas bancarias y otro tipo de valores. Tampoco monto, ni saldo de deudas.
Así, a simple vista, la declaración patrimonial del Presidente se antojaría responsable y coherente con sus promesas de campaña. Pero ya al detalle vemos que la declaración es más bien vaga, y a la postre inútil para lo que realmente importa, que es vigilar que un funcionario, en este caso el Presidente de la República, no enriquezca ilegítimamente aprovechando su cargo.
Ayer mismo, la comisionada Presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos, Jacqueline Peschard, quien por cierto termina su gestión este viernes, dijo que ni la declaración del Presidente, ni la de su gabinete, son claras. Y bueno, la señora Peschard sabe de lo que habla. Sugirió que esas declaraciones fueran detalladas con montos.
Hay que aclarar que las declaraciones patrimoniales de los funcionarios son obligatorias, por ley. Es decir, que el Presidente y su gabinete tenían qué presentarlas, con o sin promesa de campaña. Lo que no es obligatorio es el detalle de montos. Eso, sin duda, haría la diferencia en la buena fe, y sobre todo en la utilidad de esos datos para que los ciudadanos fiscalicen la función pública.
Si se mantienen estas declaraciones patrimoniales tan ambiguas, si no se detalla la verdadera fortuna de los funcionarios, siempre será relativamente fácil encubrir ingresos “extra”, gestionados desde sus posiciones de poder. Lo único que es más o menos vigilable, son el número de propiedades inmuebles declaradas, que incluso siempre podrían incrementarse sin problemas justificándolas como donaciones. Pero ni en este caso hay un referente directo a montos.
Debemos reconocer que esto de las declaraciones imprecisas es un problema de legislación. Así como están las declaraciones patrimoniales, del Presidente, de su gabinete, y de cualquier otro funcionario público, sí están cumpliendo con la ley. En otras palabras, no le están haciendo un favor a los ciudadanos. La imprecisión está permitida por la ley.
En tanto la imprecisión siga siendo permitida por la ley, las declaraciones patrimoniales seguirán siendo sólo parcialmente útiles. La diferencia, y esa sí sería una diferencia notable, la haría el funcionario que, sin que la ley lo obligue, detalle los montos reales de su fortuna. Ese sería un acto de buena fe y de honestidad que esperaríamos. Pero en tanto, la famosa declaración patrimonial del Presidente y de su gabinete, son además de inútiles, irreales.
