Veracruz: El paraíso perdido
Veracruz gana sin bulla y alegría, triunfa con cifras hace décadas nunca vistas, pero nadie muestra su alegría; todos callan,temerosos. ¿Qué sabrán?... [Seguir leyendo]
La seguridad imperceptible
El gobernador Medina dijo ayer que está mejorando la percepción de la seguridad… La percepción que tiene la gente de la seguridad, claro. Y también es claro que no todos compartirán su percepción. En más de una ocasión, en este espacio, hemos hablado de que los resultados de las acciones oficiales, en cualquier nivel y en cualquier ámbito, nunca quedan claros. La percepción siempre es desde el punto de vista del observador, y debe uno ponerse en su mismo nivel para coincidir con él. Es algo parecido a lo relativo que son los resultados de las encuestas y las estadísticas. Las cifras parecerán optimistas, pero en lo social, nunca son del todo reales.
Respecto a la seguridad, es verdad que se han visto mejorías notables en cuanto a los hechos criminales en el Estado. Son mejorías, pero esto no significa que sea un gran avance, ni que sea permanente.
Se ha visto de manera casi cotidiana la captura de grupos o individuos afiliados en algún cártel de la delincuencia organizada. Esto dice mucho de la mejora de las estrategias y operación de las fuerzas policiacas, sobre todo las del propio Estado. Pero tampoco podemos ser demasiado optimistas. La captura de los criminales es sólo la punta de la madeja. Esto inicia un proceso judicial que no necesariamente termina con la condena de los culpables. Hemos constatado sistemáticamente cómo delincuentes capturados hoy, en unos pocos meses son aprehendidos de nuevo por crímenes similares o peores. Incluso, hemos visto cómo las carreras delictivas no se terminan con la cárcel; al contrario, siguen y hasta se perfeccionan.
Todos estos factores desmienten cualquier declaración, encuesta o estadística sobre la inseguridad. En realidad, en el tema de la delincuencia organizada, la inseguridad no admite matices. No hay avances ni retrocesos; hay o no hay.
Por desgracia, desde la oficialidad, se tiene la costumbre de promover cualquier cosa como un avance determinante. El acopio de recursos contra la inseguridad no implica una victoria, sino un paso más, y no necesariamente un paso en el sentido correcto. Todas las estrategias directas o indirectas contra la inseguridad no son sino partes de un rompecabezas que además de no estar todavía resuelto, da la impresión de no tener todas las piezas.
En vista de todo esto, la declaración del gobernador Rodrigo Medina es sólo una declaración sin consecuencias. Ni las encuestas que menciona, ni los resultados que le muestre el Gabinete de Seguridad Estatal, son elementos definitivos para generalizar una percepción. De hecho, hace muchos, muchísimos años, los funcionarios públicos no están capacitados para entender, y menos para interpretar, lo que percibe la sociedad. Ellos marcaron la frontera entre la clase política y los ciudadanos, y no serán los ciudadanos los que la crucen… a menos que haya una revolución.
Por fortuna no todo está perdido. Sólo falta un poco de ingenio y buena disposición. En lugar de hurgar en papeles, informes, encuestas y estadísticas, se debe vigilar constantemente el comportamiento de la gente. El cambio de percepción siempre se traducirá en la forma cómo la sociedad se desenvuelve. En la medida en que la gente retome su espacio natural dentro y fuera de sus hogares, se podrá saber qué es lo que percibe. Presumir acciones no cambia nada… Como dice el sabio refrán: “una golondrina no hace el verano”.
