Las últimas boqueadas
El PRI sobrevivió a la primera alternancia porque controlaba la mayoría de los estados y el Congreso, por la red de intereses... [Seguir leyendo]
Oziel Salinas H.
Seguramente la Toma de Protesta del próximo Mandatario no será tan tersa como ha sido la transición; en esa selva de brujos acostumbrados a la escatofagia, seguramente harán su papelón de siempre; la repercusión de sus gritos será visto y oído por millones de personas.
Ahí estarán los “fans” de AMLO abaratando el escenario; fueron educados en descalificar todo proceso electoral y aprovechan la libertad existente. Su trabajo es descalificar elecciones confiables, limpias, ciudadanizadas, que han merecido elogios de parte de especialistas que han venido a observar nuestros procesos y que nos cuestan decenas de miles de millones de pesos.
Sin embargo, en nuestra sociedad ha nacido un Mesías que ha venido a revolucionar éstas cosas. Acostumbrado a negar la democracia existente, se niega a comprender que las instituciones conformadas por ciudadanos honestos, no merecen el reconocimiento ajeno; llena el ambiente de improperios, descalificando los confiables organismos electorales.
AMLO; un anti demócrata brujo que siembra discordias y encono en nuestra sociedad.
Éste ácrata, posgraduado, encasillado en actos de bandolero político, ha cautivado millones de seguidores dispuestos siempre a su escalada de desmadre y descalificación.
Una parte de las llamadas “izquierdas” está de acuerdo con la ceremonia y el protocolo del próximo 1 de Diciembre, avalará el proceso electoral; respetará las leyes, mientras los radicales, los ultras, no entienden razones; siguen en su partitura de negar todo, simplemente porque así son.
Ese escenario dentro del recinto parlamentario; afuera, en calles y plazas, el eterno disparador de excremento ha convocado a sus huestes a expresar su descontento mediante actos de rebeldía e inconformidad; personalmente, encabezará su desconocimiento, como lo ha hecho en sus elecciones perdedoras; el embrujo de su presencia chillona, entrona, rebelde y estentórea servirá una vez más para tratar de empañar el acontecimiento protocolario.
Pretextos sobran; ésta vez se trató de “imposición; de compra de 5 millones de votos”, algo que sólo su mente calenturienta y desesperada inventó, quizá en una noche de insomnio y desatino.
Andresito vuelve a las andadas, ahora considera que esos casi 16 millones de votos, deben aprovecharse; por ello no cesan sus balandronadas sobre esos fantasmas del pasado que acosan al pueblo mexicano, ese infantil ente que aparece siempre en sus consignas de hostigamiento.
Su imperativo categórico es acusar a una hipotética “mafia” que controla el sistema político y que es causante de todas las desgracias que padecemos.
En parte tiene razón; los dos sexenios que están a punto de concluir han sido desastrosos, colmados de ineficiencia; muy pesado es el lastre de una burocracia inútil y partidista que se ha ensañado con las finanzas públicas; gasto terrible es la manutención y mucha ineficiencia en su actuación. Afortunadamente llega a su fin; el nuevo régimen pondrá orden en tan absurdo estercolero pleno en corrupción, repleto de impunidad. Una vergüenza en un país donde ha proliferado la pobreza.
Esa docena trágica que agobió a México y lo encaminó a un infierno de sangre y lágrimas; un régimen oneroso y vil, que nos recetó con su sevicia, su desorden y su terquedad—– R.I.P.