Las últimas boqueadas
El PRI sobrevivió a la primera alternancia porque controlaba la mayoría de los estados y el Congreso, por la red de intereses... [Seguir leyendo]
Oziel Salinas H.
La PGR absolvió de toda culpa al ex Gobernador y ex Dirigente del CEN del PRI Humberto Moreira; algo que dejará en entredicho a quienes – empezando por el ex Secretario de Hacienda Ernesto Cordero – se ensañaron brutalmente contra éste, quien , ante la andanada de búfalos, optó por retirarse de dicho cargo para no manchar la candidatura de Peña Nieto.
Éste falso Cordero, se ensañó contra el PRI y su ex Dirigente; los acometió con saña durante las elecciones de Julio pasado; parecía ángel exterminador en ansiosa búsqueda de sangre; ahora, al saber la resolución de la PGR, se “enferma de gripe” para no asistir a las sesiones del Senado que debiera presidir; quizá para rumiar sus argumentos ante quienes, injustificadamente. sintieron el peso de su demoledora espada.
Su lógica política era pegarle al PRI por la deuda del Estado de Coahuila, debido a que algunos documentos que autorizaban la deuda, incluyendo el visto bueno del Congreso Local, fueron falsificados y eso es un delito. Ante tanta alharaca, los diputados locales del PAN interpusieron una demanda en la PGR culpando a Moreira de dichas anomalías.
Debido a esto, Moreira renunció a la Presidencia del PRI para no causar oprobios a la recién iniciada campaña de Peña Nieto. Los “ultras” de derecha e izquierda truncaron legítimas aspiraciones futuristas de un inocente. Pero permanece en la opinión pública la primera impresión; eso, según los profesionales de la insidia, es lo que cuenta.
La PGR no encontró un indicio de culpabilidad de Moreira en la deuda de Coahuila durante su gubernatura. Sin embargo, el daño está hecho. Sabemos que muchos estados, incluso gobernados por el PRD y PAN, como Guerrero y Michoacán, adquirieron deudas más grandes que Coahuila.
Ahora el Cordero andará con la cola entre las patas; seguramente habrá reclamaciones de parte de los amigos – o enemigos – de su Partido; eso me queda claro.
Los eternos ávidos de escándalo, proclives a la insidia y el ataque indiscriminado y cruel, seguramente estarán desilusionados por la declaración – de la PGR – de inocencia de Moreira, quien debe haber sufrido mucho por tan absurda y mentirosa defenestración de que fue objeto.
Pero también lo atacó el destino con mayor fuerza; su hijo mayor fue elegido por un cártel de asesinos para matarlo con dos tiros a la cabeza.
Ahora, el rostro de Moreira es otro; aquél ente dicharachero, alegre y ruidoso, siempre cantando o bailando, siempre dispuesto a contar chistes, ha enmudecido; muestra un rostro sombrío; la tragedia lo sacó del carril promisorio que ansiaba y esperaba, que lástima; pero los agoreros del desastre seguirán vertiendo sus venenosas babas escatológicas, indecentes, malolientes.
El sufrimiento por las acusaciones y la desilusión de sus acusadores estarán marcado su vida. ¿Servirá esto para ver – u oír – una expresión de arrepentimiento público, de parte de sus denostadores, por tan maledicente crueldad sembrada en la sociedad?
Los culpables eran otros, se desprende de las indagatorias de la PGR.
Se trata de gente que trabajaba en la Tesorería del Estado y de la SHCP.
¿Acaso los políticos que promovieron ésta acusación serán capaces de pedir perdón al ofendido?
No lo sé; pero el Cordero de Dios, ésta vez fue el causante de tan horrible pecado.
¿Oiremos una declaración pública de perdón y arrepentimiento? Lo dudo.