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Monterrei y Monterrey
En el sur la comunidad autónoma de Galicia, en España, existe una provincia llamada Orense. Muy cerca de la frontera con Portugal, hay una ciudad pequeña y centenaria, emplazada en una zona de valles y montañas. La ciudad está dominada por un imponente castillo condal, que data del siglo XII, y fue sede de varios linajes nobiliarios. En esta región nació el que fuera el Quinto Conde de Monterrei, don Gaspar de Zúñiga y Acevedo. En 1595, este noble español, distinguido en la guerra entre España y Portugal, llegó a la Nueva España como Virrey. Al año siguiente, un vecino de la ciudad de Santiago del Saltillo, en compañía de 12 familias, sirvientes, esclavos, ganado y haberes de casa y milicia, fundó una ciudad en un valle rodeado de montañas, similar a la cuna del virrey que por entonces tenía 36 años.
Don Diego de Montemayor puso a la nueva ciudad bajo la protección de la Virgen María y la nombró también en homenaje al virrey. Así la ciudad se llamó Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey. El minucioso escribano de aquel primer cabildo fue don Diego Díaz de Berlanga, y detalló escrupulosamente los límites y aspectos del valle de Extremadura.
En realidad, el título de metrópoli fue más bien un recurso administrativo. La ciudad, durante muchos años, apenas pasó de un puñado de chozas de lodo y carrizo. Si acaso las casas reales, la sede del Cabildo, tuvo un poco más de industria en su edificación. Y eso porque eran tanto sede del cabildo, como tesorería y cárcel.
Tampoco fue sencilla la permanencia. Al poco tiempo de fundada, la ciudad tuvo que moverse hacia el sur tras una devastadora inundación. Las haciendas que la rodeaban tampoco tuvieron una vida fácil. Los naturales de la región no eran tribus dóciles. Algunos pequeños pueblos fueron borrados del mapa, pero aquellos colonos insistieron, y volvieron a poblarlos.
Es posible que la hermana ciudad de Monterrei, en España, no hubiera tenido tantas vicisitudes para sobrevivir, pero tuvo la misma tenacidad. Además, así como la capital del Nuevo Reyno de León, la ciudad condal en Orense también estuvo bajo la advocación de la Virgen María.
A la fecha han pasado 416 años. El tiempo ha rebasado con mucho las expectativas de una docena de familias. La ciudad que nació como un sueño metropolitano, ya es una metrópoli, una de las más pobladas y más importantes de México. Tanto que a pesar de las jurisdicciones municipales, Monterrey es una referencia que agrupa a varios municipios, y significa la sede de los poderes republicanos de Nuevo León.
A diferencia de la vieja Monterrei en Galicia, la ciudad metropolitana se expande y se vuelve cada vez más compleja. La hermana ciudad española, apenas tiene unos miles de habitantes y una economía muy local. La hermana ciudad mexicana cuenta millones y se organiza en una economía compleja de alcance internacional.
Podríamos envidiar la tranquilidad del Monterrei de Orense, pero el Monterrey de Nuevo León todavía tiene tiempo para buscar en el pasado y recuperar valores y estrategias para lograrla.
Hoy, Monterrey cumple 416 años de historia. Apreciemos esa riqueza, pero no olvidemos que la ciudad no es el espacio, ni el gobierno, sino la gente.
