México vive dos tipos de erupción, una moderada, la del volcán de Colima con lluvia de cenizas y la otra, la fuga de El Chapo, violenta con derrame de magma política.
Con motivo de los sangrientos hechos en Tlatlaya una voz se levantó para exigir a la secretaría de la Defensa Nacional nos aclarará, según ellos, el significado de la palabra “abatir” y a la fuga de Joaquín Guzmán alias el Chapo varias voces se alzan para que la autoridad nos de la acepción que para ella tienen las palabras “máxima seguridad”, pero nosotros queremos, que la actual administración, pero en especial el exprocurador Jesús Murillo Karam, nos dé la valoración que le merecen los vocablos CORRUPCION e IMPUNIDAD.
Estas dos palabras usadas frecuentemente para referirse a las prácticas de toda la actividad de la vida nacional mexicana y sobre las cuales hemos venido “cimentando” el desarrollo y la evolución del país.
Lo que ha sido establecido o está en trámite requiere, casi, siempre del soborno o el cohecho y si se investiga, muy pocas veces, al descubrirse a los responsables de tales actos, jamás se les castiga. Esa es la mecánica con que operan la corrupción y la impunidad. Y lo grave no es el uso de estos vocablos en escritos y discursos, sino el que se hayan convertido en un elemento fundamental del ADN nacional y que muchos practicamos alegremente, estas actitudes, como si fueran deporte, mientras otros se regodeen echándonos en cara estas conductas.
No podemos imaginar o creer que estamos avanzando en la construcción de un México moderno, dinámico y democrático sin antes erradicar los vocablos y las conductas que con tanto orgullo acuñaron políticos y personalidades de la vida económica mexicana de otros tiempos.
La vida de México se ha convertido en una trama tan dramática como la más celebre telenovelas jamás transmitida pues esta llena de llanto, angustia y momentos verdaderamente memorables pues si no se queman niños o ancianos, desaparecen cientos de jóvenes o descubren varias fosas clandestinas llenas de cadáveres, funcionarios y personalidades que evaden la acción de la justicia y encarcelados que se EVADEN de su encierro por muy seguras que se diga que son.
La huida de Joaquín Guzmán el Chapo, tiene como escoltas estos dos desagradables vocablos corrupción e impunidad que pintan de cuerpo entero la idiosincrasia del mexicano contemporáneo, aunque se quiera argumentar lo contrario.
No se entienden las fugas del Chapo sin la complicidad de las autoridades antes del Penal de Puente Grande y ahora del Penal del Altiplano. O ¿se tratara de acuerdos al más alto nivel, como denuncia la voz popular?
Sin vuelta de hoja sin que se vayan a molestar y mucho menos a ofender somos un país MA-FIO-SO lleno de gente MAFIOSA.
Confeti
Y lo más grave es que los encabezados de todos los diarios, incluidos los deportivos, destacan más la fuga de este terrible delincuente y criminal, dejando en páginas interiores los esfuerzos gloriosos coronados con medallas de oro y plata en los Panamericanos Canadá 2015 de Rommel pacheco y Paola mexicanos, en donde han demostrado ser los mejores del mundo.
Más confeti
Estamos viviendo el síndrome de los Tecolines ese mal que dice nos agobia: ansiedad, angustia y desesperación.
Confetito
A veces pensamos que los momentos difíciles de la vida cotidiana en México solo sirven para crear los memes más ingeniosos en internet o para darle argumentos a creadores de la talla de Luis Estrada autor de las recientes películas que nos pintan de cuerpo entero, como idiotas, ingenuos y MAFIOSOS