El diálogo con los gobiernos de izquierda será “constante y permanente” para trabajar en beneficio del país, pero también para resolver las diferencias políticas, aseguró el presidente electo Enrique Peña Nieto, luego de que por primera vez cinco gobernadores de filiación perredista aceptaron reunirse con el político priista.
Los cinco gobernadores se comprometieron a “privilegiar las coincidencias por encima de las diferencias”, para construir un diálogo que se traduzca en acuerdos en beneficio de los mexicanos.
Se trata de Gabino Cué, de Oaxaca; Graco Ramírez, de Morelos, y Ángel Aguirre Rivero, de Guerrero; así como el mandatario electo de Tabasco, Arturo Núñez, y el jefe de Gobierno electo del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, con quienes se reunió el mexiquense por tres horas en un hotel de Santa Fe.
Al agradecer y reconocer la “voluntad y madurez política” demostrada para asistir a la
reunión, Peña Nieto auguró una relación “positiva y constructiva” con los gobernadores de izquierda, quienes al final no aceptaron preguntas de la prensa.
“Habrá de ocuparnos el trabajar y servir a todos por igual, lograr y demostrar ante la sociedad mexicana que en democracia y pluralidad sí es posible dar mejores resultados”, destacó Peña Nieto al término de la reunión.
El priista celebró que, a pesar de las diferencias con las fuerzas de izquierda, hay grandes coincidencias del gobierno que él encabezará a partir de diciembre.
Entre ellas están, dijo, el combate a la pobreza en el sureste mexicano y la disposición de trabajar unidos para revertir las condiciones de vida que prevalecen en una de las zonas más afectadas del territorio nacional.
“He dejado en claro el compromiso para apoyar y respaldar proyectos de infraestructura y de desarrollo social de manera específica para el sureste del país” (…) el equipo de transición viene ya trabajando con el gobierno federal en la elaboración de lo que será el paquete presupuestal.”
Los mandatarios prometieron asistir a la toma de protesta de Peña Nieto como Presidente constitucional, en razón de que “la legalidad no es negociable”.
“Hemos tomado la decisión de asistir el primero de diciembre a la toma de posesión del presidente constitucional Enrique Peña Nieto en el recinto del Palacio Legislativo de San Lázaro”, confirmó Graco Ramírez, al dar lectura a los compromisos asumidos en la reunión, en representación de sus compañeros.
Advirtió que los gobernadores de izquierda pugnarán por un cambio de régimen político en el país donde “la democracia y no la regresión se vea fortalecida”.
“Planteamos una gobernabilidad que afirme la democracia y no la regresión política, trabajaremos juntos con todas las fuerzas políticas para establecer las bases de un nuevo régimen político en México”, detalló.
Del mismo modo, señalaron su disposición de trabajar por una “reforma hacendaria” con mayor equidad fiscal, que haga de Petróleos Mexicanos una paraestatal fuerte y competitiva pero que “siga siendo de los mexicanos”.
Se explicó que durante la reunión existieron coincidencias en cuanto a desarrollar un nuevo pacto social que dé oportunidades de empleo y trabajo a los jóvenes y que “se invierta más en educación que en la persecución” de los delitos.
