El dinero que yo gano
toditito te lo doy…
Vamos poniéndonos de acuerdo: el gobierno de México no tiene el dinero que necesita, siquiera para pagar sus deudas.
El muy plausible, necesario y electoralmente efectivo programa de asistencia social básica, cuesta millones de pesos al año. Según Edgar Amador Zamora, secretario de Hacienda, casi un billón de pesos -billón de los nuestros, no de los gringos- en el presupuesto para el 2026. Para ser exactos, 987 mil 160 millones. Para los que disfrutan de los porcentajes que ocultan los números reales, el tres por ciento del PIB.
Como es bien sabido, el pez por su boca muere. Entre las muchas mentiras peligrosas a las que acudió para allegarse del poder, el cuatrote se comprometió a no crear nuevos impuestos; pensaron que con modificar los existentes lo arreglaban todo.
De haber sido inteligentes, hubieran entendido que la solución no es elevar la tasa fiscal, sino ampliar el padrón de causantes. En otras palabras, no cobrarnos más a los poquitos que pagamos impuestos, sino cobrar lo mismo a un número mayor de paganos. Más de la mitad de las operaciones comerciales que se hacen en México están en la economía informal. Los que se benefician no pagan el impuesto sobre la renta, ni el IVA, ni na.
Yo tengo claro que en todo el mundo el único delito socialmente admitido en silencio es la evasión fiscal, pero eso no le hace decente.
En fin, para poder seguir con su mismo programa de gobierno, la señora presidente tiene que recaudar más dinero. Lo más inteligente que se le ocurrió a su equipo es joder a los más jodidos, y ponerles un impuesto mayor a los refrescos embotellados. Es lógico, lo que se consume de ellos es un chingo.
Para ir a los lugares comunes, digamos Coca Cola: según el INEGI, que es una de las pocas instituciones en las que todavía se puede creer en este país, México es el país que más Coca Cola bebe en el mundo. El segundo es los Estads Unidos. Cada habitante de esta tierra se bebe al año 160 litros. Cada huehuenche. Los de Chiapas se despachan en ese mismo tiempo 821 litros. El 3 por ciento de los menores de seis meses de vida ya toma el refresco oscuro.
Si los señores legisladores mexicanos, que en el Congreso estudian los proyectos de ley, sopesan sus consecuencias y consideran su voto razonado tomando en cuenta el bienestar de los mexicanos todos, la iniciativa que propondrá un aumentote al impuesto de las sodas dulces en fuerte proporción será aprobada con entusiasmo.
¿Cuál es el argumento de la señora Ejecutiva? Los refrescos azucarados son la principal causa de la obesidad de les mexicanos y en consecuencia, de la incidencia de la diabetes, que es la segunda causa de muerte de los mexicanos.
Concluir a partir de ese razonamiento que haciendo la Coca Cola más cara va a llevar a los mexicanos a dejar de beberla es inane. Lo único que va a pasar es que los jodidos van a gastar más de sus jodidos salarios comprando la misma Coca Cola. Parecen los políticos mexicanos desconocer que la dieta básica de muchos mexicanos pobres consiste, al menos una vez al día, en un bolillo -o dos tortillas, lo que haya- y una Coca. O Pecsi, o lo que se antoje. Ni el consumo, ni las enfermedades que se esgrimen como causal, van a reducirse. El daño a los bolsillos de la gente sí crecerá.
Lo mismo se aplica a los cigarrillos o el licor. Su consumo seguirá igual.
Pero el cuatrote tendrá más marmaja que la que Bartola necesita para el teléfono y la luz. Yo por eso no soy rico, por ser despìlfarrador.
PILÓN: PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Nadie lo había sugerido, pero en política no hay casualidades. El gobierno de la señora presidente acaba de sorprender con el anuncio de que los automóviles chinos, que están barriendo con el mercado en Europa y México, dos mercados mayores, por la variedad de sus productos y sus precios bajos, costarán un cincuenta por ciento más a partir del año que viene. De ese tamaño viene el arancel, muy al estilo Trump, que van a pagar los que quieran comprar un carro chino.
No solamente los autos serán más caros con los nuevos aranceles mexicanos, ni los chinos el objetivo único. Puede llegar hasta el cincuenta por ciento de impuesto adicional a textiles, calzado, autopartes, papel, hasta llegar a 1,466 fracciones arancelarias, según dijo Marelo Ebrard, secretario de Economía. Los países que nos venden esas cosas, además de China, son Corea del Sur, India, Turquía y otras minucias.
El argumento que sustenta la decisiónn es proteger a los fabricantes mexicanos. Exactamente el mismo de Donald Trump con sus aranceles, para obligar a todo mundo a que produzca en su país.
Lo cual no está mal.
Lo que está pior es que nos digan que el anuncio se hace por una mera y simple coincidencia con la visita del secretario de Estado Marco Rubio, a Palacio Nacional y que no hay vínculo alguno. Ya estamos acostumbrados a que los políticos nos mientan.