“La creación de una visión del mundo es el trabajo de una generación
más que de una persona, pero cada uno de nosotros,
para bien o para mal, añade su propio ladrillo”
John Dos Passos
Desde tiempos inmemoriales nos han dicho que el mundo y la vida se pueden apreciar desde dos ópticas: la percepción y la realidad y que en muchas ocasiones la primera es más fuerte que la segunda, aunque no corresponda a la verdad.
Sin embargo de un tiempo a la fecha habría que agregar una tercera visión a las dos conocidas, me refiero a las encuestas, esas herramientas de medición que nos brindan una fotografía de un momento determinado sobre algún tema de interés.
Aunque siempre ha existido, la versión de “yo tengo otros datos” se puso de moda en México hace pocos años y desde entonces cualquiera la utiliza, sobre todo en el ámbito público, para desmentir alguna información, acusación o señalamiento.
Pero cuando hablamos de las encuestas ahí todo cambia y nada de lo que a usted o a mi nos dicte la percepción o realidad puede necesariamente corresponder con los datos de una encuesta del mismo tema.
Lo más simpático de todo es que cada vez con más frecuencia te topas con encuestas de un mismo tema, supuestamente levantadas en las mismas fechas y con una metodología bastante similar que, extrañamente, arrojan resultados diametralmente opuestos.
¿Es esto posible? En el mundo de la lógica no, pero en el planeta de “yo tengo otros datos” sí que ocurre.
Utilizadas como herramienta para promover candidatos o partidos, hay ocasiones en que quien no goza de las preferencias le mueve (o le manda mover) a los numeritos más que con el afán de aparecer puntero por encima del que en realidad está a la cabeza, con la intención de desacreditar otras encuestas y sembrar la duda en los electores indecisos que son, en la inmensa mayoría de las ocasiones, los que determinan el resultado de una elección.
Así que ya lo sabe, cuando observe una encuesta tómela con reservas, busque confrontar con alguna otra similar para comparar y aún así dude, porque como en muchas cosas de la vida, “no todo lo que brilla es oro”.