La gira de la presidenta Claudia Sheinbaum por las capitales de los estados, para «rendir cuentas» e informar los resultados de su primer año de Gobierno, es eminentemente política. La abanderada de la 4T ganó las elecciones del año pasado en todas las entidades gobernadas por Morena, PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano. La excepción fue Aguascalientes donde el frente opositor obtuvo una ventaja de menos de cuatro puntos porcentuales. Sheinbaum recorre el país los fines de semana desde que asumió el poder, como también lo hacía Andrés Manuel López Obrador. La fuerza del movimiento que ahora dirige depende del contacto y la cercanía con la gente, sin intermediarios, y le permite tomar el pulso de la república.
El periplo posinforme busca profundizar la relación entre la presidencia y la sociedad, que antes no existía o era superficial. En buena medida, porque había poco que informar. Los programas sociales de la 4T son universales y el aumento a los salarios es real. En el pasado solo compensaba la inflación del año previo. Ahora se descuenta y se calcula de acuerdo con el índice nacional de precios al consumidor. La obra pública y la infraestructura también han recibido impulso. En La Laguna de Coahuila y Durango las grandes obras hídricas datan del Gobierno del presidente Lázaro Cárdenas. El Programa Agua Saludable, puesto en marcha en el sexenio anterior, atiende una demanda histórica y dotará de agua de calidad a más de 1.6 millones de personas en un horizonte de 50 años.
El impacto del tren de pasajeros Saltillo-Monterrey-Nuevo Laredo, cuya construcción acaba de iniciar, resolverá problemas de transporte en una región estratégica para el desarrollo del país. El objetivo de la presidenta en sus giras por los estados es precisamente ese: contrastar los resultados de un proyecto político y social con los del régimen neoliberal proclive siempre al interés privado. El libramiento Laguna Norte, inaugurado por Peña Nieto en 2014, es concesionado. Los tramos libres de la autopista Saltillo-Torreón, abandonados por décadas, empezaron a recibir mantenimiento en los últimos años. En octubre de 2020 entró en servicio el hospital del IMSS de Acuña, que Peña dejó inconcluso.
La primera etapa de la gira «La transformación avanza» comprende nueve estados. Sheinbaum ha soportado lambisconerías como la del incompetente gobernador Esteban Villegas, de Durango, quien se declaró «claudista». También ha escuchado abucheos a ejecutivos locales como la panista María Teresa Jiménez, de Aguascalientes, y el emecista Samuel García, de Nuevo León, dos de los estados donde Morena no ha sido gobierno. La presidenta atempera los ánimos. «Es muy importante respetarnos. El respeto es parte fundamental de la gobernabilidad, de un municipio, de un estado, de un país. Ya habrá tiempo para las elecciones».
La clave está en las seis últimas palabras del mensaje. Sheinbaum, como AMLO, le significa votos a Morena. La mandataria prepara el terreno para las próximas elecciones. En particular las intermedias, de 2027, las cuales definirán la futura composición de la Cámara de Diputados. Conservar la mayoría calificada no solo le permitiría consolidar las reformas y emprender nuevos cambios, sino también cerrar el sexenio con más fuerza y preparar una sucesión que garantice la continuidad de la 4T. El horizonte, por ahora, luce despejado. Mientras las oposiciones duermen, Sheinbaum sortea los conflictos internos y las presiones externas con templanza y energía.