Sí, dice que son incalculables, pero habría que ver en términos de realidad a qué se refiere, a cómo, cuánto o cuándo, el Secretario de Movilidad del Estado, Hernán Villarreal, cuando les dice a los comerciantes afectados por las obras del Metro en la avenida Miguel Alemán, que una vez concluida la construcción tendrán “beneficios incalculables”.
Cuando algunos apenas empezaban a respirar después de la pandemia del Covid, les viene de golpe el cierre de calles y la cancelación de carriles que impiden que los clientes puedan acceder a realizar sus compras.
La realidad está ahí y no deja espacio a dudas. ¿Serán esos beneficios de los que habla el Secretario tan incalculables como los que recibieron los comerciantes de Colón, Félix U. Gómez, Simón Bolívar o Aztlán?
No seré yo quien saque conclusiones. Le ruego se de una vuelta por esas avenidas y me diga si el panorama que se observa es de comercios en auge.
Aquel emprendedor que paga aún una renta altísima por estar en un local ubicado en plena avenida, hoy deberá dejar su negocio y buscar qué hacer o a dónde moverse; el dueño del lugar deberá bajar la renta o de plano buscarle otro destino a la propiedad, porque difícilmente podrá rentarlo, a menos de que está en los alrededores de una estación.
El argumento del funcionario en principio no alivia ni ayuda a los comerciantes y de cara al futuro les obliga a hacer una apuesta de la que no pueden estar seguros tengan la posibilidad, y sobre todo el aguante, para ganar.
