Tuve la oportunidad de visitar el Centro Oncológico de Tamaulipas (COT), en ciudad Victoria, Tamaulipas. Es una aportación al sistema estatal de salud, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y la Secretaría de Bienestar federal. Me sorprendió gratamente, el servicio médico, la atención a los pacientes y la gratuidad para todos, de la consulta, las medicinas y los valiosos tratamientos para ese mal.
Decenas de personas visitan ese hospital de altísimo nivel -se los juro: no es exageración- para mitigar o curar sus dolencias. Creo que cuando uno está tan cerca de la muerte, más aprecia y valora la vida. Eso vi, en los ojos de los hombres y mujeres que van al nosocomio más que a buscar salud, a recibir esperanza.
No percibí desaliento, en ninguna persona.
Todos con una templanza enorme; con la fe en la ciencia y la medicina, como en la deidad, cualesquiera su sea el nombre que ellos le asignen.
Eso es lo que me sorprendió.
Tres veces, saludé a un amigo.
Lo abracé y sentí los cambios en su cuerpo, por su tenaz lucha contra la enfermedad que lo había diezmado.
En el abrazo, me dijo:
-Dios te ayude.
Cuando salió de consulta, me volvió a abrazar.
Me dijo:
-Dios te ayude.
Nos despedimos.
Dijo:
-Dios te ayude.
Me quedé recordando los tiempos, en que intercambiábamos opiniones sobre Filosofía de la Educación y de política.
Me regresó a la tierra un anciano. Me comentó lo bien que lo trataban y lo cómodo que los hacían sentir las enfermeras y la calidez de los médicos. Se había tratado su problema en una clínica particular. Me sorprendí de lo que pagaba. Medicinas de 7 mil pesos que consumía en un mes; quimioterapias -le había recetado 8- 20 mil pesos; radioterapias 50 mil pesos; y en algunos pacientes medicinas de 100 mil y 200 mil pesos por tratamiento.
(Ponderemos: esa misma atención en EU, tiene un costo de 5 millones de dólares; con el mismo porcentaje que en México, de recuperación del afectado).
En el Centro Oncológico de Tamaulipas, como todo servicio público: es gratis.
No en balde, los beneficiarios del COT consideran su benefactor al director, doctor Francisco Velasco Canseco.
Algunos críticos del sistema de salud mexicano califican de nulos los avances de la IV T en el tema de salud.
Pregúntenles a los derechohabientes del COT.
