Hace una semana, comentaba en este espacio la torpeza de los políticos de que como los canes, mean su territorio para saberse más dueños y ejemplificaba a Samuel administrador de Nuevo León que había ordenado se pintara todo lo pintable, escuelas, muros, techos, vehículos para que la gente no olvidara que es él que manda, y como olvidarlo, si ha sido una experiencia fatal
Se cambiaron esquemas, logos, correspondencia, sobres, papelería oficial y todo lienzo que pudiera verse, como por ejemplo los enormes muros internos del edificio del pabellón ciudadano donde se encuentran las oficinas del Instituto de Control Vehicular, Catastro y no recuerdo cuantas otras dependencias donde destaca la nueva identificación del monograma del nuevo felino sin faltar de back el color naranja que aparece hasta en lo tenis que darán de limosna a los chavitos para que asistan a la escuela, donde no hay clases por motivo que los zánganos de la CNTE siguen con sus presiones
En la salud no podía faltar el “contagio” pues en las paredes del edificio del ISSSTELON el leoncito se aparece hasta en los inodoros, además agregue que las pobres muchachas enfermeras portan desde esta semana toga con ribetes y chalecos…color naranja, como si la variación del Pantone en el uniforme las hiciera más eficientes, solícitas y mejores servidoras
Enfermeras, camilleros, asistentes, laboratoristas y personal de oficina tiene por obligación que vestir el nuevo atuendo y yo preguntaría ¿el hijo de Juan Manuel Cavazos Uribe no aporta su opinión? Porque Ricardo Cavazos Balderas en lo que va desde que tomó la plaza por fallecimiento del mejor líder que ha tenido el sindicato del SUSPE no ha dicho esta boca es mía salvo acompañar al gobernador el día del servidor público y rifar una lavadora bailando al ritmo que le marca el patrón, nada de respeto o demostraciones de una sana distancia como nos acostumbró el viejo lobo de mar que calzaba de un número más grande los zapatos que jovencito, que nos causa mucha pena darnos cuenta
Uno de los más grandes negocios en el gobierno de CDMX es el extraordinario trueque del pintado de los taxis que cambian de colores y hologramas cada que cambian de jefe y esto data desde los famosos cocodrilos, aquellos vetustos y enormes autos que medían dos metros de ancho por cuatro de largo en los años sesentas hoy, son unos platina color guindo -a huevo- con múltiples jeroglíficos en una cintilla a media carrocería
Entenderán los gobernantes voraces lo que significa la absurda medida al cambiar todo como el Gatopardo de Lampedusa para que todo siga igual, porque lo dije y repito, traer el verde en el pecho no nos hace más patriotas, ni más “raritos” si nos ponemos una camiseta rosa, ni tampoco honestos si calzamos tenis fosfo-fosfo, lo que sí significa es el gasto absurdo millonario al cambiar la imagen de un gobierno por otro logotipo con otros colores.
La mona, aunque de vista de seda…mona se queda y Samuelito el mentiroso no cumplirá el sueño de perpetuar su legado así haya pintado el TESLA de anaranjado o se ponga los tenis ridículos, la muestra y el ejemplo se lo dio la gente con la elección de Mariana, porque ya los tiene hasta la madre.
MENUDENCIAS: atenta súplica a Adriancito alcalde Regio, ¿cuándo pondrá un freno a los motociclistas ruidosos para que pongan “silenciador” a sus máquinas infernales?
NO SALGAS A VOTAR