Podríamos decir horas, pero a pocos días de asumir su, literalmente, investidura, el Papa León XIV ha disipado cualquier duda, si la hubiera, sobre el rumbo que iba a tomar su papado.
La nebulosa opinión tenía fundamento: la iglesia católica norteamericana, de la que proviene el Pontífice nuevo, no se caracteriza por su unidad o modernismo; más bien, pese a ser una corriente religiosa minoritaria en el país vecino, muchas de sus tendencias internas son particularmente conservadoras. La interrogante, en cuanto salió el humo blanco de la famosa chimenea, era si el nuevo Papa seguiría los pasos de Francisco,que le metió reversa a la doctrina conservadora de Benedicto.
Una de las palabras más frecuentes en el discurso de León es paz. Por si hubiera duda, le pone apellidos: Ucrania, Gaza, Myanmar, que se llamaba Birmania. Y no es que no existan conflictos bélicos de importancia en Siria o Somalia, o que el cese al fuego entre India y Pakistán no sea frágil. La cantidad de muertos en Gaza o Ucrania es espeluznante.
La condición bélica en el mundo es permanente; en apariencia es irrreversible aunque nuestra voluntad se incline hacia el pensamiento papal.
Por un sencilla razón: la guerra es producto de una sociedad y una economía de negocio.
Se dice históricamente que en la invasión norteamericana de Veracruz, Pedro María Anaya al perder la plaza le contestó al general Twiggs, que peguntaba por las armas y el parque de los mexicanos: si hubiera parque no estaría usted aquí.
Si no hubiera parque y armas y una industria bélica en la que participan con entusiasmo y recursos los Estados Unidos, Rusia, Israel, España, China y otros países, los conflictos bélicos por todos lados no tendrían materia prima. Ni la industria tendría ganancias.
De todas formas, el papa León insiste. Sin duda, al recibir luego de su toma de posesión al vicepresidente de los Estados Unidos Vance, debe haberle enviado mensaje a Donald Trump. Para caso que va a hacerle….
León XIV comparte con el papa Pancho otra preocupación que olvidamos con frecuencia: la pobreza y la injusticia social.
El mundo contemporáneo se aparta cada vez más de la espiritualidad y el humanismo. La orientación de la iglesia católica en esta nueva etapa puede ayudarle a recuperar posiciones que ha venido perdiendo en todo el mundo. Incluyedo México
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): ¿De dónde saca la señora presidente Sheinbaum que la desgracia del buque escuela Cuauhtémoc en el puente de Brooklyn aestá siendo politizado? Ya cuide más su entorno, señora: hay voces cerca de su oreja que no le hacen bien.