En esta ocasión ha levantado más polémica la medida del gobierno federal de no vender comidas chatarra en las tienditas escolares, este es un programa nacional que busca disminuir la obesidad en los infantes, no hay que olvidar que esto ya se había implementado hace dos sexenios e incluso en Nuevo León hasta una exposición en Cintermex de las empresas de refrescos y frituras presentaron las nuevas versiones de bolsas de frituras y su contenido, se hicieron platillos que mostraban qué productos se podrían vender en las escuelas y qué podrían llevar de lonche los alumnos; se visitaron los expendios escolares; se hizo una campaña para que las madres de familia también se involucrara en la preparación de sus alimentos escolares; a la vuelta de más de una década se traduce en que no hubo respuesta ni de escuelas ni de padres de familia pues las estadísticas siguieron creciendo en obesidad infantil ; hoy se retoma el programa con más fuerza y con esa intensidad las críticas a esta medida que no empezó en estas semanas, ya tienen unos meses que la instrucción se bajó a las escuelas para que modificaran los desayunos vendibles escolares pero lo que me llama la atención es que hay algunos políticos e inclusive madres de familia que le ven un pero cuando la principal persona preocupada porque se alimente el alumno o hijo es precisamente la madre de familia y partiendo de ahí son las que deben comenzar en modificar esos alimentos escolares con los que envían a sus hijos o instruirlos si los mandan con dinero , esta educación alimenticia también inicia en la casa ¿o no?
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