Muchos diputados de la 66 Legislatura van a pasar a la historia, como convidados de piedra. Son aquellos, hombres y mujeres, que jamás se les escucha la voz salvo para decir presente y socializar con sus pares en los recesos.
Si usted, lleva un registro de las reuniones plenarias, son como cacas de perico: ni apestan ni hieden; son discretitos y silenciosos en los debates.
Pero eso sí: cobran religiosamente sus dietas.
Es muy probable que, si algún avezado periodista se les acerque a cuestionar sobre el tema de alguna iniciativa o sus considerandos, no reciban respuesta. Parecen estar atentos a la lectura de todo documento que se lee en tribuna; lo que realmente les llama la atención, son sus problemas domésticos o las informaciones de su teléfono inteligente: su real mundo.
Están en todos los partidos.
Es un fenómeno que se ha generalizado.
Es un mal, que aqueja a todas las organizaciones políticas.
En Morena.
En el PAN.
En el PRI.
En el PV.
En el MC.
Algunos, hasta el pánico escénico parece paralizarlos.
Hay muchos jóvenes cuya inmadurez política los hace actuar como seres desorientados en las reuniones plenarias; sus partidos, al parecer, no les tienen fe, porque se les ve abandonados y ajenos a los procesos legislativos.
Legisladores como Ana Laura Huerta Valdovinos, Eva Reyes, Eliphaleth Gómez, Elvia Eguía Castillo, Silvia Isabel Chávez García, Katalyna Méndez Cepeda, Francisco Hernández Niño, Lizbeth Jaime Castillo, Claudio de Leija Hinojosa ganaron por mayoría. Y ni así desarrollaron habilidades para desenvolverse con decoro y propiedad en la Cámara.
Ni el plurinominal de MORENA, Alberto Lara quien presume de una fraseología de izquierda, ha mostrado tamaños para representar dignamente a los reynosenses en el Congreso. Ni su experiencia en las lides sindicales, lo ha capacitado para moverse con prestancia en las deliberaciones parlamentarias.
Lucero Martínez, morenista, lleva el mismo camino que sus homólogos diputados silentes y ausentes en los debates.
El PAN, muestra las mismas debilidades que su acérrimo enemigo MORENA. (Con la diferencia, de que el guindo tiene mayoría calificada).
Poco harán las diputadas azules, María del Rosario González, Marina Ramírez y Patricia Saldívar.
El MC, Carlos Zertuche se defiende; pero su compañera de bancada Mayra Benavides de poca utilidad le será.
Y el PRI, con Paloma Guillén ni a fracción parlamentaria llegó, por tan precaria cosecha de votos.
MORENA, pasará por encima a las oposiciones; haiga sido, como haiga sigo.