Poco que agregar al ritual acedo que por años y años se ha cumplido en la exaltación del nuevo Tlatoani desde el imperio azteca hasta el día de ayer, donde solo faltó, ofrendar el corazón de la virgen princesa y beberse a sangre frente al sanguinario auditorio. Pero sin embargo, apareció la soldado que en la SEDENA bordó hilo por hilo la banda presidencial con lagrimas en los ojos y ampollas en los dedos, que estrenaría una mujer presidente
Primero las alabanzas espurias a colita de caballo por parte de todos que aplaudieron que vistiera un atuendo bordado por artesanas mexicanas y que contaba con la consideración y admiración de los conocedores de la moda, cosa que, honestamente, nada que ver. Segundo, el gran ridículo de querer que doña Ifigenia Martínez fuera la que entregara la banda presidencial, cuando la verdad, no podía ni con su alma y deseando proclamarla como wonder woman, por poco se desvanece cayendo por los suelos.
En la oratoria nada nuevo. Salvo el lapsus que tuvo la nueva reina al decirle presidente al cocodrilo cuando ya era un mortal, dándose cuenta del error, corrigió sutil y le habló por su nombre, como quiera repitió las alabanzas y seguía lamiendo la suela del huarache de «Calzonzintl», aunque ya no era rey, pero sus magnas obras que jamás funcionaron, seguirán
Los sueños siguen y la esperanza muere. Lo obligado, “iré a Guerrero para dar cuenta de los daños del huracán” cuando López no se enlodó los calcetines; sólo por encimita, arriba del helicóptero con la inútil gobernadora hija de papi. El transporte de la princesa reina de los mares, obligado, en un carrito Aveo más chiquito que su conciencia, que desaparecerá -obvio- a güevo, la próxima semana
Para rematar con broche de oro, ”quiero que me digan PRESIDENTA así como nombran a las doctoras, ingenieras y arquitectas”… como es a fuerza, ahora habrá pacientas, estudiantas, porque así lo dice la señora presidenta, en un abrir y cerrar de ojos, quiso Claudia que vayan sabiendo de qué color pinta el verde, aunque sea de escenografía
La respuesta no se hizo esperar, el corral mayor atiborrado de borregos, gritaron como locos, PRESIDENTA ante la sonrisa socarrona de la nueva monarca que repitió en tres ocasiones algo que para mi sigue siendo una insensatez, “la primera presidenta del país llegó y con ella llegamos todas” como si esto fuera una constante y una obligación, porque reitero, no dudo de la capacidad de la judía, pero de que cualquier mujer por el simple hecho de haber nacido, tiene derecho y posibilidad de ser PRESIDENTE no señores, no se meen fuera de la bacinica.
Reitero lo que ya es obra consumada, termina viernes 13 y sigue la saga de Jason no ha muerto. Así de triste.
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