“Común es cometer errores. Pero cuando se ha errado, no es falta voluntad,
ni brío, tratar de corregir el error y no obstinarse en él.
La obstinación es el otro nombre de la estupidez
Sófocles
Cuentan que a los pocos días de haber asumido el cargo, el nuevo alcalde se topó con su antecesor y de inmediato le reclamó:
-“¡Ya ni la amuelas! ¡Me dejaste 17 de pesos en el cajón!”
A lo que el ex funcionario respondió:
-“Ah caray, te juro que no los vi”.
El inicio de los gobiernos, en cualquier nivel, es complicado porque se da en la última parte del año, cuando ya no hay dinero para nada y lo poco que queda está comprometido en sueldos y pagos, de manera que los entrantes tienen que hacer de tripas corazón y luego, al inicio del siguiente año, aguantar a que se asignen y aprueben presupuestos.
Y sin lana, ¿qué puedes hacer?
Hoy le tengo una propuesta a Adrián de la Garza, flamante alcalde de la capital de Nuevo León que vuelve al cargo. Le voy a dar dos ideas que no le costarán un centavo, que puede implementar en un solo día y que dejarán ver su estilo y forma de gobernar.
Primero: cancele las ciclovías de Washington y Aramberri. Mande quitar los maceteros y devuelva a ambas arterias ese carril que le robaron para darle agilidad al tráfico. Ya encarrerados, envíe unas máquinas a que retiren los inútiles pasos “pompeyanos” que un día provocarán que maten a uno o varios cristianos cuando un conductor que no los haya visto pierda el control de su unidad y se proyecte contra ellos.
Segundo: Arregle la sincronización de los semáforos del centro de Monterrey, porque su antecesor únicamente pudo coordinar los de tres cuadras de Pino Suárez y se cansó. Con que arregle Calzada Madero, Colón y los pares viales del primer cuadro, ayudaría a aliviar la carga que hoy tiene la colapsada Constitución.
Dos obras que no requieren inversión y cuyos resultados serán palpables de inmediato.
¿Cómo la ve?