Todo mundo tiene derecho a cambiar. Pero los consistentes cambios de mentalidad –o de ideología, que no es otra cosa que, cómo ve uno el mundo y como piensa transformarlo–, no se generan en forma tan instantánea.
De hecho, justo por ese fenómeno, en Tamaulipas, muchos de los nuevos cuadros de MORENA, siguen pensando como auténticos conservadores. Hasta relevantes miembros del gabinete de la IV T de la región, promueven y trabajan para instrumentar formas de gobierno de la derecha; en estos casos, están algunos alcaldes y diputados que han propuesto privatizar el servicio público de la limpieza y hasta el secretario de Obras Públicas –¿conoce usted su nombre?– anda felizmente en el proyecto de hacer una carretera estatal con caseta de cobro.
U otros personajes del partido guindo, que han rechazado el derecho a decidir sobre su cuerpo a las mujeres –la ley de aborto libre y gratuito– como si fueran parlamentarios del siglo XVIII.
Esto viene a relación por el recién nombrado coordinador de la mayoría de MORENA en el Congreso local tamaulipeco.
Efectivamente: Humberto Prieto, fue en la cresta más alta del poder del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, un entusiasta fan del panismo que alentaba su jefe y tutor político. Hoy, se mueve con orgullo con un reconocimiento que a pocos ex panistas se les ofrece con todo y que hayan hecho fe anti-cabecista.
El legislador Prieto, se sacó la lotería.
Sin comprar boleto, logró ponerse al frente de uno de los más importantes poderes de la administración estatal morenista.
Jamás se le vio participar en un debate relevante; nunca se escuchó su voz, en defensa de la IV T o de su líder Andrés Manuel López Obrador, cuando su jefe García de Vaca, lanzaba dardos punzantes contra el presidente.
Es más: poco se conoce su verdadera ideología. Sólo se sabe que es empresario y que ha hecho su capital, en parte con la obtención de contratos de construcción para sí o para su familia. A ello suma, algunas proveedurías con algunas alcaldías y con el mismísimo Cabeza de Vaca.
¿Entonces?
¿De dónde salió el lado progresista a un individuo cuya carrera ha sido financiada por el lucro y el tráfico de influencias?
¿Tendrá el fuelle suficiente como para tomar distancia de su conservadora actitud de hace sólo unos meses?
¿No había otro cuadro morenista para esa encomienda?
Sí, sí los hay.
Desde Úrsula Salazar Mojica, hasta Armando Zertuche, han mostrado suficientes credenciales para esa responsabilidad; pero no, quizá pensando en una mayoría sobrada de MORENA, se pone de coordinador a un diputado que como caca de perico: ni apesta ni hiede.
Lo que se avizora, en la Legislatura, desde ya, es la ausencia de un debate profundo y la carencia de una narrativa realmente morenista en el parlamento.
¿Si Humberto Prieto, es el jefe de la bancada, se puede esperar algo sorprendentemente positivo de sus colaboradores?
Salazar Mojica, dio muestras de templanza y de compromiso ideológico con el lopezobradorismo; y no se le puede responsabilizar de los tropiezos del Congreso en su período de coordinadora de la mayoría. (Acaso los Tachos, sean los culpables de tanto estropicio en la Legislatura; pero ese es otro tema).
De igual forma, Zertuche vivió intensos jaloneos en un Congreso asediado por el gobernador Cabeza de Vaca que a golpe de billete convenció a dos diputadas morenistas para traicionar su movimiento.
Ya está ahí, el reynosense Prieto.
Esperemos que pronto, nos deje atónitos con su genialidad –hasta hoy muy oculta–.