Urgidos que creer lo que queremos nos negamos a ver lo que es y Claudia, por más que queramos que cambie, no va a cambiar. Hace ya un año, alerté sobre los riesgos de la “Xochitlmanía”, y claro, se me dejaron venir con todo, de traidor y de esquirol no me bajaron. En el caso de Claudia, somos como aquel joven enamorado del amor: necesitamos creer, nos urge creer y por eso nos abrazamos a lo primero que pasa…