Israel ha sido el centro de atención de la opinión pública internacional desde octubre de 2023, por su cruenta operación militar realizada en Gaza. Ante la fuerte y desmedida respuesta israelí resuenan acusaciones de genocidio, respaldadas en las terribles imágenes de hospitales, escuelas y casas destruidas, junto a las otras y más terribles imágenes de niñas y niños, mujeres, hombres y ancianos masacrados por las fuerzas militares de Israel. Las condenas por el genocidio se han acompañado de protestas cada vez más presentes en varias partes de mundo, especialmente en las universidades de Estados Unidos, principal patrocinador de Israel, que piden la condena a los ataques israelís y terminar relaciones con ese país.
Frente a este clima de tensión social por la nula respuesta de los gobiernos occidentales, en México se ha señalado la débil postura del gobierno federal ante los ataques de Israel a la población de Gaza y un silencio total frente a las acusaciones de genocidio. Por si fuera poco, el día 13 de mayo en el perfil oficial de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México publicaron una felicitación a Israel por su “Día de la Independencia”. Esto generó enojo y críticas entre internautas e incluso algunos miembros dentro del partido oficial, MORENA.
Tanto opositores como otros críticos del oficialismo señalan que la política exterior mexicana del gobierno de Obrador ha dejado mucho qué desear. Aunque el gobierno dice que se guía por la Doctrina Estrada y el respeto irrestricto a la soberanía de los países, se han dado episodios de mala administración del conflicto y posiciones intransigentes por parte del presidente de México. Al tiempo que critica el intervencionismo estadounidense públicamente, mientras que acepta o implementa las políticas que dicta dicho gobierno en materia migratoria o de seguridad como el uso de la Guardia Nacional como policía migratoria, también critica los procesos electorales en América Latina, con o sin razón.
En este escenario, su política exterior tampoco parece ser coherente frente a Israel, pero ¿cómo ha sido históricamente la relación entre ambos países? México estableció relaciones diplomáticas con Israel en 1952, a solo a 4 años su establecimiento como Estado, por lo que llevamos 72 años de relaciones diplomáticas entre ambos países. Ambos países conmemoraron setenta años de relaciones diplomáticas en 2022 que, de acuerdo con los funcionarios de cada Estado, han sido de respeto, de cooperación y de reconocimiento de la importancia del intercambio cultural y la participación de la comunidad judía en México.
Como narra Ariela Katz en Boicot: el pleito de Echeverría con Israel, el único episodio áspero durante las siete décadas de relaciones diplomáticas ocurrió el 10 de noviembre de 1975, cuando México votó a favor de la resolución 3379 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, que condenaba el sionismo y lo identificó como una forma de racismo similar al apartheid vivida en Sudáfrica, promovida por los países árabes y la Unión Soviética como repuesta a la creciente invasión israelí a territorios aledaños. La comunidad judía, principalmente estadounidense, llamó a un boicot turístico a nuestro país, pero las tensiones diplomáticas no escalaron. El 16 de diciembre de 191 México votó a favor de la resolución 46/86 que anuló la condena de 1975 al sionismo.
México y Chile presentaron una carta ante la Corte Penal Internacional para solicitar una investigación sobre posibles crímenes cometidos en Palestina por el Estado de Israel, acción que lamentó la embajada israelí en nuestro país. Apenas la semana pasada, el gobierno de México publicó un comunicado donde condenó el ataque de Israel a la ciudad de Rafah e hizo un llamado al cese al fuego inmediato. Aunque se elevó el tono de la condena, el gobierno mexicano, a través de la Cancillería, evitó usar en todo momento la palabra genocidio.
La reticencia del gobierno de México, y del presidente López Obrador, a condenar categóricamente puede explicarse por los intereses políticos actuales entre ambos gobiernos. El analista Armando Luna, en una publicación de X (Twitter), condensó las principales: el uso del software Pegasus y la solicitud de extradición de Tomás Zerón. Respecto de lo primero, es un software de espionaje adquirido por SEDENA en 2019 y objeto de acusaciones probadas de espionaje hacia periodistas, opositores y defensores de derechos humanos, particularmente quienes están involucrados con el caso de Ayotzinapa.
Esto lleva al segundo punto, también relacionado con este caso: Tomás Zerón, en su calidad de titular de la agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República, fue acusado de tortura como parte de la creación de la verdad histórica sobre la desaparición forzada de 43 estudiantes de Ayotzinapa en el sexenio de Peña Nieto. Además, cabe señalar que Israel es un proveedor importante de armas para SEDENA, cada vez de mayor importancia desde la entrada en vigor de la Iniciativa Mérida en 2008, donde la Israel Weapons Industries (IWI) destaca como uno de los principales fabricantes de armas a nivel mundial.
Tensar, suspender o romper las relaciones con el Estado de Israel tiene implicaciones importantes para el gobierno mexicano. Hacerlo puede significar la pérdida del software Pegasus, pues requiere de un permanente soporte técnico para su uso, perder un proveedor importante de armas y, finalmente, la pérdida la oportunidad de extraditar y juzgar a Tomás Zerón para conocer mejor la construcción de “la verdad histórica”, asumiendo que esa es la finalidad de su extradición y no el mero uso electoral. Es justo decir que, en las relaciones México-Israel, el cálculo del presidente Obrador va por un lado distinto al humanista.