Anoche participé en la última sesión del ciclo Café con Historia, gracias a la Asociación de Cronistas e Historiadores, y planteé una idea sobre el tema de la migración.
El gobierno nos presume las cantidades que se envían como remesas, pero nunca se nos informa de la cantidad de meseros, lavaplatos y sirvientas que hacen esos envíos, ni se nos habla de la gente que se muere en el río o en el desierto. Las remesas no son un triunfo, son un fracaso.