Nader y Oseguera: las esperanzas del sur

Desde el sexenio de Manuel Agapito Ravizé Richer (1969-1975), ningún político tampiqueño se ha convertido en gobernador de Tamaulipas. Ocho sexenios han pasado sin que el sur tenga un representante en el Ejecutivo estatal. A todo ello, hay que sumar los dos años que lleva el gobierno de Américo Villarreal Anaya, lo que hace de la orfandad de los jaibos, más larga: 50 años, o sea: medio siglo en el cual han tenido que contentarse con senadores, diputados, alcaldes, secretarios en todos los gabinetes, pero nada, ni una sola brizna del amplio y placentero poder de un gobernador.

Si 30 años no es nada, como dice el tango, refiriéndose a la nostalgia; medio siglo es una eternidad, cuando se está a la espera de la deseada gobernanza.

El sur, ya tiene delineadas sus cartas.

Una es la indiscutible ascendente estrella azul, Chucho Nader; otra es el casi diputado federal de MORENA, Adrián Oseguera Kernion. Si por esas circunstancias del supremo poder electoral, se designara candidato, este par estaría en la recta final; si se mandatara candidata, iría en la lista por el PAN; Imelda Sanmiguel, aunque tendría que ganar la senaduría como primera minoría ascendente, que es originaria de la frontera; es decir: el puerto sumaría –de ganar la dama–, otro sexenio sin pegarle a la lotería política tamaulipeca.

El potente puerto, tendrá en Nader uno de los más vigorosos candidatos para superar la veda triunfal que hasta el momento contabiliza media centuria. Oseguera Kernion, rehabilitados sus derechos como candidato, despunta en ciudad Madero como otra “esperanza del sur” para obtener para los habitantes del norte del Pánuco, la gubernatura de Tamaulipas.

Pocas veces, se alinean los astros con tanta expectativa, para una región que es uno de los dínamos económicos de la entidad Al mismo tiempo, tanto Tampico como Madero, se han alzado como las microrregiones más sólidas del morenismo y del panismo.

Chucho, ha articulado un panismo macizo en el puerto, que ha permeado –por ósmosis política– las fronteras: la mentalidad azul, ha cruzado las membranas geográficas de la urbe petrolera y las de Altamira. Es probable que hoy no les alcance para ganar a los guindos en esas ciudades gobernadas por el lopezobradorismo, pero indudablemente los azules lograrán un notable avance en esas ciudades.

Oseguera y Chucho, enfrentarán similares desafíos en los próximos años.

El maderense, tendrá que verse las caras con la influyente pandilla del guachicol. La candidata Olga Sosa, ha vendido su alma a los dólares de la banda del hidrocarburo. Su historia, la muestra como una política ambiciosa y vulgar; entrega cualquier cosa para trepar en la política.

Seguramente, ese será el primer obstáculo para el alcalde con licencia de Madero, en su paso ascendente en la política.

Nader, igualmente, tendrá que combatir contra el panismo reynosense, y su principal líder: el ex gobernador, Francisco García Cabeza de Vaca. Si Sanmiguel, pasa la prueba de obtener la segunda minoría, tendría cierto fuelle para competir –con todo el patrocinio de los hermanos Cabeza de Vaca– contra su compañero de partido: el alcalde con licencia de Tampico.

En política, los empecinamientos, resultan caros. Recordemos en corto, la imposición de Beto Granados, candidato morenista a alcalde por Matamoros por deseos del dedazo; la vertical candidatura por el PAN de Carlos Fernández Altamirano a la alcaldía de Madero. Si MORENA y el PAN, se amachan con candidatos endebles, puede frustrarse la continuidad de la IV T en el gobierno estatal; y si el PAN se inclina, por un candidato sin posibilidades, el sur del estado encadenará otros seis años a su expulsión del paraíso terrenal.

Duro el dilema para el morenismo que se siente invencible; pesada decisión del PAN, que se presume cada día con mayor contundencia.

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José Ángel Solorio Martínez

José Angel Solorio Martínez es escritor, historiador y periodista tamaulipeco