En repetidas ocasiones he escuchado con atención las promesas de Xóchitl Gálvez en el área de la salud, las cuales suenan muy bien pero técnicamente imposibles, además de ridículos.
La creación de la tarjeta denominada “Mi Salud”, que en una forma hipotética funcionaría para que los ciudadanos que no tengan ningún servicio médico puedan ser beneficiarios de una nueva versión de “seguro popular”, y además permitirá que quienes la tengan puedan atenderse en la clínica que deseen y contaran con el acceso garantizado a los medicamentos. Financieramente inviable.
Por ejemplo, sería mucho más fácil, simple y sencillo que se comprometiera en que los empleados de los casi 2,500 municipios que hay en el país, sean afiliados al IMSS o al ISSSTE, según sea lo conveniente, para que dichos empleados puedan obtener las ventajas que permite el sistema de seguridad existente y comprobado, en lugar de andar inventando hilos negros, cuando con una acción como la antes descrita se verían beneficiados una gran parte de la población.
En dicha propuesta los servidores públicos (que son bastantes) así como sus beneficiarios sean cónyuges, concubinos, padres e hijos tendrán derecho a los servicios médicos en los tres niveles de atención y a todos los beneficios de seguridad social que otorga el IMSS o el ISSSTE, por citar un ejemplo.
Tal cual hiciera Luis Donaldo Colosio en Monterrey cuando fue alcalde, lo que permitió que los empleados del municipio puedan ser atendidos por enfermedad y maternidad, además de seguro por riesgo de trabajo, invalidez y vida, así como cesantía en edad avanzada y vejez. Todas las ventajas laborales que plantea la ley. Además de poder accesar a créditos de vivienda entre otras cosas.
Sería mucho mejor que los candidatos a la presidencia o cualquier otro puesto de elección popular cuando hablen del tema de la salud, educación y seguridad, lo hagan con conocimiento de causa y con la seriedad que corresponde. Y no se suelten prometiendo cosas que son imposibles de cumplir, ya que la ignorancia genera incompetencia y de eso ya está cansada la ciudadanía. Independientemente del PRISMA con el que se vea.
Epilogo: El camino al infierno está lleno de buenas intenciones. Cuando Clara Luz Flores fue alcaldesa de Escobedo en la primera ocasión (2009-2012), en una buena intención aprobó junto a su cabildo la donación de un terreno para la construcción de un hospital, el cual hasta la fecha no se ha construido, y a cómo van ni se construirá en corto plazo. Y vaya que ya han pasado 12 años sin ninguna explicación.
Y así puede encontrar algunos otros que han sido alcaldes o son alcaldes activos en otros municipios en donde otorgan de buena fe (según ellos) terrenos tanto al IMSS o alguna otra institución de salud, con la promesa de que se construirá desde una clínica de medicina familiar y/o hasta un hospital de alta especialidad, y no hay ningún proceso en construcción, quedará en el tintero.
Lo interesante sería preguntarles cómo y con qué dinero se hará y en cuanto tiempo, y ahí es donde se comprobará que no saben nada acerca del tema, y que son gobernantes de ideas grandes (ideotas), son alcaldes apantalla… jos.
Ojalá se pongan a investigar y a leer quienes andan en campaña. Para darnos una idea van dos botones de muestra, tan solo la clínica 21 del IMSS opera entre 12 y 15 caderas diarias. La clínica 34 del IMSS tiene más de 100 procedimientos de cateterismo cardiaco por semana. Sin ofender, pero no creo que exista algún otro sistema medico en el mundo que trabaje como la gran maquiladora de salud que es el IMSS. El personal médico, enfermería, laboratorios y todos los elementos, generan salud a pesar de la burocracia y los políticos que creen conocer del tema, cuando en realidad lo ignoran por completo, además de estorbar.
