La semana pasada leía con atención en la editorial de Eloy Garza González su opinión del porque serán históricas las elecciones de este año. El hacía mención de que se renovarán 500 diputaciones federales, 128 senadores, habrá elección de gobernador en 9 estados, así como de 1,089 diputados locales, 1,802 presidencias municipales, junto con regidores, síndicos y todo lo que ellos conllevan.
Así mismo resaltaba el costo de esta elección, que será mucho menor que las dos elecciones presidenciales anteriores. Además de resaltar que quien encabece la próxima presidencia, será mujer.
Sin embargo, creo que hay muchos otros datos que la verdad la hacen mucho muy distinta a las anteriores. Esta será la elección en donde lo que va a ser realmente histórica son los casos de nepotismo.
Aquel nepotismo que fue motivo de orgullo del que tanto presumió el expresidente José López Portillo será nada, en comparación de lo que estamos por ver y que será legitimado por la vía democrática en las urnas. Y vaya que en aquel momento (presidencia de López Portillo), el PAN y la oposición existente utilizaron dicho error para señalar al régimen oficialista como un dato más de los excesos de corrupción cometidos. Hoy nadie dice nada de ese tema, hoy no es corrupción, mucho menos exceso.
Con la candidata Xóchitl quien admite que sus hijas tendrán injerencia en su campaña presidencial, José Antonio Gary López hijo del exgobernador de puebla Antonio Galy Fayad; Miguel Ángel Yunes Márquez hijo del ex gobernador de Veracruz Miguel Ángel Yunes Linares. Sylvana Beltrones Sánchez hija del connotado político Manlio Fabio Beltrones. Sofía Carvajal Isunza hija de Gustavo Carvajal Moreno, ex líder nacional del PRI quien a su vez era hijo de Ángel Carvajal, ex gobernador de Veracruz.
En Morena no cantan mal las rancheras, por ejemplo: Caty Monreal que buscara gobernar la alcaldía Cuauhtémoc que alberga el Palacio Nacional, la suprema Corte de Justicia de la Nación y el Senado de la república. Manuel Cota Cárdenas, hijo del ex gobernador de la BCS Leonel Cota Montaño, actual director de Segalmex. Roberto Albores Gleason hijo del ex gobernador de Chiapas Roberto Albores Guillen.
Definitivamente que el tema del nepotismo no será atacado por ninguna partido o candidato, ya que como todos cojean de la misma pata no podrán acusarse, van vacunados para que ese no sea tema en las elecciones, poniendo en riesgo la vida democrática del país al tratar de generar un linaje político.
Definitivamente que la zorra no se ve la cola, ni el zorrillo el fundillo. Independientemente del PRISMA con el que se vea.
Epílogo: César Cepeda preguntaba el día de ayer que, si se había visto algo como el que Tomás Montoya, hijo de la alcaldesa Cristina Díaz también expresidenta del CEN del PRI en el 2012 pretenda ser candidato para sucederla, pero por el partido de Morena.
Es importante decirle que sí hay casos. Por ejemplo, el de Carlos Joaquín González fue gobernador del estado de Quintana Roo del 2016 al 2022 por la coalición de PAN-PRD (durante ese momento su hermano Pedro Joaquín Coldwell era el secretario de Energía en la administración peñanietista), actualmente es embajador de la actual administración federal morenista en Canadá. Tomando en cuenta que Pedro Joaquín fue líder de la CNOP nacional (como lo fue cristina) y presidente del CDE en la elección presidencial en donde resultó electo Enrique Peña Nieto.
Otro ejemplo sería el de Cuauhtémoc Cárdenas quien dio paso a la formación de la izquierda (pseudo) moderna, ya que su padre el General Lázaro Cárdenas fue presidente del CEN del Partido Nacional Revolucionario.
La diferencia entre Carlos Joaquín González y Cuauhtémoc Cárdenas con Tomas Montoya Díaz es sumamente abismal, ya que los primeros dos han sido personajes de lucha y han obtenido sus triunfos con la experiencia adquirida con su familia y con el tiempo, y no por estar bajo la falda de su madre.