¡Achtung! es una palabra en alemán que se traduce al español como «Atención». Se utiliza comúnmente como una voz de alerta para llamar la atención de las personas ante una situación potencialmente urgente o de relevancia especial.
El término adquirió reconocimiento y asociación con Alemania debido a su uso histórico durante la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, es importante destacar que ¡Achtung! en sí mismo es un concepto neutral que puede ser utilizado en varios contextos más allá de sus connotaciones históricas. Por ejemplo, en el entorno social y político.
En la actualidad, nos encontramos inmersos en lo que podríamos denominar Economía ¡Achtung! o, traducido a nuestro idioma, en la Economía de la Atención.
En una era digital donde la información fluye constantemente tener el dominio de la atención se ha convertido en un recurso valioso. Este fenómeno o modelo surge como resultado de la competencia por captar y mantener nuestra mente en un mundo repleto de distracciones.
En el ámbito político, la economía de la atención desempeña un papel crucial. Los políticos y los partidos en nuestros países compiten por ella para obtener simpatía y eventualmente nuestro voto. Para ello utilizan estrategias diseñadas con el fin de captarla en un entorno saturado de información y desinformación.
Las campañas se basan cada vez más en técnicas de marketing y comunicación para llamar la atención del electorado. Los políticos utilizan las redes sociales, plataformas de transmisión en vivo y otros medios digitales para llegar a un público más amplio y transmitir su mensaje.
Los estrategas se esfuerzan por generar contenido viral y atractivo que se difunda rápidamente y genere un impacto en la opinión pública. Por ejemplo, lo que se produce en el estudio cotidiano de Palacio Nacional de lunes a viernes —en “La Mañanera”— es parte de este esfuerzo.
Además, la polarización política y la creciente fragmentación de los medios de comunicación han contribuido a intensificar la competencia por la atención en este entorno. Los políticos a menudo recurren a tácticas de provocación, discursos controvertidos o tácticas sensacionalistas para atrapar a los ciudadanos —votantes en potencia— y a los medios de comunicación.
Estos enfoques pueden generar polémica y debates acalorados, lo que a su vez aumenta la visibilidad y el interés en determinadas figuras políticas o temas específicos.
Aún estamos a meses de que oficialmente inicien las campañas electorales para los comicios federales de 2024. Sin embargo, debemos prepararnos para encarar una serie de estímulos mediáticos que tratarán no solo de captar nuestra atención, sino también de distraernos de los temas fundamentales que nos deben preocupar, como el exponencial crecimiento de índices de violencia urbana y rural en nuestro país.
Más que nunca debemos estar alertas y no caer en las redes de esta guerra por la atención. Así que… ¡Achtung Mexicanos!