Recién la semana pasada una amiga publicó en Facebook un articulo de El País, el periódico español, el titulo llama la atención “Energía de pene pequeño”: por que no debemos perpetuar el tamaño fálico como motivo de burla. Buen artículo vale la pena leerlo aquí.
Sería fácil y tentador refutar este artículo utilizando la popular frase de Nuestro Amadísimo Líder: “Yo tengo otros datos…” los cuales no tiene él y para este caso, tampoco nosotros y dudo mucho de los métodos estadísticos hayan convertido en información los datos que ese artículo refiere.
Para mí las cosas que tienen que ver con la sexualidad cambiaron a partir de la siguientes resumidas circunstancias.
En la casa de nuestros padres, particularmente de la madre, se aprende las maneras del amor, el cariño, el apego y en mínima medida la sexualidad, en diferentes estilos para cada familia.
Pero la naturaleza individual, nuestros seres queridos fuera de la familia y la sociedad ayudan a moldear nuestra manera asimilar y manifestar estos valores.
Tanto el amor, el cariño y la sexualidad se refuerzan, debilitan o se enferman con la interacción social.
Creo que la literatura, el cine, tanto el de butaca como más recientemente el porno de Internet, además la tele con sus novelas, son los que educan a la sociedad tanto en la manera de ser románticos, así de como tener relaciones íntimas. Esto a los que nos tocó caer de pie a nuestras experiencias sexuales y no a los que les tocó llegar por abuso o violencia.
En el cine de los cincuentas, ese en donde en una toma romántica se hacía un pan de un beso apasionado a una noche obscura tormentosa, fade to black. Ahí se requería un pene promedio, pues el de sexo vagina penetrada por pene era la única manera socialmente consensuada de tener relaciones, si tenías un pene pequeño pues mala suerte, no había una sociedad informada que te diera alternativas de dar y recibir satisfacción sexual y si acaso uno de los dos tenía la información el comunicarla a su pareja podía ser de un 50% de probabilidades de fracaso.
Sin alargarnos mucho el romance y el glamour fue lo que el cine de esa época popularizó y no las relaciones sexuales, aunque no bajó la popularidad que ya habían logrado desde tiempos bíblicos.
Al poco tiempo, aproximadamente Nueve Semanas y Media y una revolución sexual después, ya se presentaban alternativas para tener relaciones sexuales “sanas y sensibles” y el pene ya no tenía necesariamente el papel coprotagónico, hay que reconocer que el protagonismo en este respecto siempre ha estado del lado femenino.
Hoy día y desde que existe YouTube y contenido sexualmente explicito que se puede ver usando Internet, han llevado a la práctica nuevas alternativas que no requieren grandes penes y han integrado esas prácticas a la cotidianidad. Por otro lado se presentan como normales casos extraordinarios, tanto por la belleza de las actrices así como por lo atlético de los varones y el tamaño del pene muy por encima del promedio.
Y aunque un pene grande es apreciado por los conocedores y aficionados de todos los géneros, dejó de ser preponderante debido a las alternativas de dar placer sexual, además la burla ya había pasado de moda en los setentas cuando del ingenio popular surgió la rima: “No importa lo grande ni lo grueso, sino el tiempo que se quede tieso” pero por falta de enfoque y datos, no tengo más que decir.
Pero tengo dos experiencias que me demostraron en primera persona como desaparecieron tabúes, una que me pasó junto a mi esposa y otra sobre algo que leí en algún lado en Internet recientemente.
La primera hace más de 20 años en una reunión estaba con mi esposa en el jardín y nos quedamos solos, una amiga que apenas conocía de cuando era estudiante, llegó a saludarme le presenté a mi esposa y platicamos por un buen rato, llegó un punto en el que platicando de alguna película nos dijo “a mi me gusta ahogarme con el miembro hasta que me dan ganas de vomitar”, lo primero que pensé es que ya tenía Internet de alta velocidad, mi esposa me volteó a ver sonriente me apretó la mano con una mirada en la que me decía “contéstale algo” yo atiné a decirle “pues fíjate que el sexo oral para nosotros es mas por teléfono” y luego mi amiga cambió de película.
La otra es como un artículo, en el que se habla de alternativas de ingresos para las personas que no quieren regresar a trabajar después de la pandemia, uno de los cuales es que las parejas graban video con el celular en una solo toma, mientras tienen relaciones sexuales y luego distribuyen el video en las redes de porno y más recientemente en Only Fans y de esa manera capitalizan su quehacer diario, tal como los mecánicos y carpinteros lo hacen en YouTube, pero sin tanta herramienta ni explicación.