De el creador del “Los Antimilagros existen”… Esta Navidad: ¡“El Antirregalo”!
Siempre me regalo algo en Navidad y es una gran batalla personal pues se trata de gastar el suficiente dinero en algo que me merezco pero no necesito, que puedo vivir sin él, pero disfrutaré cuando lo use.
Este año decidí regalarme una máquina para hacer café expreso, ya que incorporé este hábito a mis gustos personales hace menos de dos años.
La característica de dicho aparato es que pueda hacer 60 mililitros por ciclo (la actual solo hace 30 mililitros) es decir me permitiría hacer concentrado para dos tazas. Esto es una contradicción porque ya no sería café expresamente para una persona, sería para dos y aunque me permitiría servir rápido a un invitado, no podría ofrecer un café expresamente hecho para él, o ella, sería expresamente para los dos.
Habría que dedicar más tiempo de calidad a esta idea, a final de cuentas el regalo quedó autorizado y el presupuesto asignado.
Pero esto cambió esta mañana de miércoles, cuando tuve una epifanía.
En mi caso particular llego a este estado mental con cierta frecuencia y se me presentan, tanto de manera clara como críptica, respuestas, “momentos eureka”, soluciones a problemas que no tengo ni entiendo y conocimientos premonitorios de los cuales he logrado aprovechar algunos y otros seguramente los aprovecharé en el futuro.
No sé con precisión como llego a este estado pero sé que requiero varias condiciones: Primero dormirme con mucha hambre, estar muy cansado, quedarme dormido vestido y quedarme dormido escuchando algún documental muy interesante o entretenido.
En esta ocasión el último capítulo de Itchy Boots. Al parecer dormir con un solo calcetín es otra condición pero aún no tengo datos suficientes para asegurarlo.
En este estado mental en el que puedo liberarme por un instante, o poco menos de mi cuerpo, de mis pensamientos y de mi conciencia.
Este estado me permite prescindir de los prejuicios que nublan mi percepción y se presenta al momento de despertar o más bien una décima de momento antes.
Hoy que se me presentó la solución a un problema ya resuelto, el de la cafetera, la claridad y sensatez del mensaje me iluminó:
Deja de tomar café y reasigna el presupuesto en ella, para viajar.
Sin duda eso haré.