El director de (in) Comunicación Social del municipio de Santa Catarina, Juan Manuel Alvarado, es el gran estorbo que tiene el alcalde de la ciudad, Jesús Nava. Alvarado distancia a Jesús Nava de los medios de comunicación, muchos de ellos se encuentran en conflicto con el edil. Alvarado no propone vías de información que resalten el trabajo del alcalde, al contrario, pretende mantener una imagen que es destruida por las redes sociales, como el reciente video en donde Jesús Nava da instrucciones a sus subalternos y no lo bajan de beodo.
Siervo de Dios, se dice Juan Manuel Alvarado, pero su historia política es de alianza con el diablo, al menos así lo ven los conservadores cuando, por ejemplo, siendo dirigente estatal de Partido Encuentro Social, se unió a Morena en las elecciones de 2018. Fracasado constructor de imágenes de políticos, prefiere la zona de confort de celebridades para las campañas, así lo hizo con el Abuelo Cruz; así lo hizo con Ernesto D‘Alessio. Como Jesús Nava no es una figura popular, la ineficiencia de Juan Manuel Alvarado es evidente y no puede sacar la bola del cuadro. Activista pro vida, entierra cada vez más la imagen del alcalde de Santa Catarina.
Fanático religioso, Alvarado se ocupa más de su activismo en contra del aborto que de las tareas de comunicación social del municipio santacatarinense. Activista religioso, desactiva la función pública para la que fue contratado. ¿por qué lo mantiene en su puesto Jesús Nava?
Ambicioso, como dirigente del PES fue por una diputación plurinominal, ahí no antepuso su religión a la codicia política. Fracasado, no pudo mantener el registro de su partido en Nuevo León. Esa es su historia de ambición y de fracasos. Censor de pacotilla, pidió que el comediante Carlos Ballarta no se presentara en la capital de Nuevo León. Igual se manifiesta como acérrimo enemigo de que los libros de texto enseñen ideología de género.
A donde llega, Juan Manuel Alvarado, quien va de asociación en asociación, echa a perder las relaciones. Lo suyo es retrasar, no avanzar. ¿Cómo se inserta la ineficiencia pública y la devoción nada privada de Alvarado en un municipio que tiene que ser plural e inclusivo? No lo sé. Jesús Nava, el alcalde, lo sabrá. Y sabrá por qué mantiene en el cargo a un fracasado en la comunicación social y en la comunicación política que no puede atajar los embates del diputado federal, Víctor Pérez.
