En las últimas semanas cuando el gobernador Samuel García tuvo la gran idea (por no llamarla ideota) de salir a declarar que había estados con mucho mayor crisis del agua de la que padecemos en el área metropolitana de Monterrey, así como en gran parte del estado…
Cuando se publicó la encuesta nacional de Seguridad Publica Urbana del Instituto Nacional de Estadística y Geografía revelando que en el segundo trimestre del año la percepción de inseguridad se incrementó en la zona metropolitana, a lo que el gobernador Samuel reiteró que dicha tendencia se ha dado en todo el país (vaya consuelo).
Después de tanto golpeteo en gran parte a la actitud tomada por el mandatario al estar insistiendo en que todos los males se deben a las malas acciones o falta de acciones de las anteriores administraciones, quiso dar la impresión con su mensaje de ayer en la noche que ya entendió que todo lo que suceda es y será responsabilidad de el en la presente administración. Sin embargo, insiste en el fenómeno que, si el problema es de todos, todos somos la solución. Parece que será más de lo mismo.
Es muy lamentable el ver que está por cumplir 10 meses de su administración (al igual que los alcaldes) y no han hecho nada significativamente positivo que demuestre la grandeza del Nuevo Nuevo León, sino por el contrario evidenciando la gran ineptitud de una administración que pintaba como un relevo generacional exitoso, y está a dos meses de rendir su informe en el cual no habrá nada que decir. Solo el derroche del recurso no renovable más valioso para todo individuo, sociedad y la humanidad, el derroche del tiempo en nada. Además de los contratos a millonarios a su amigo Vicente Flores Ancira.
Así como dos errores no hacen una verdad, dos declaraciones de ese tipo en donde pretende justificar que no estamos tan mal, tampoco hacen una verdad. Lo único que uno debe de entender con este tipo de expresiones es que el mal de mucho es el consuelo de Samuel, perdón consuelo de tontos. Independientemente del PRISMA con el que se vea.
Epílogo: El gobernador Samuel y sus asesores confirman aquella definición de Arturo Pérez Reverte, quien afirmaba que las redes sociales están llenas de individuos con ideología, pero sin biblioteca. Pablo Neruda sugería que “el individuo es libre para hacer sus elecciones, pero es prisionero de sus consecuencias”, y vaya que tiene razón ya que somos prisioneros de las consecuencias del Gobernador Samuel.