Estoy convencido que el presidente López erró su vocación de vida ya que su encomienda como político es demeritada cada momento por sus inumerables tropiezos y barbaridades que se han convertido en el pan de cada día, sin embargo, como Disc-Jockey enseña una inagotable sensibilidad para poner las rolas más significativas sobre todo cuando se refieren a su paisano Chico Che, que jamás había tenido tal promoción hasta que llegó a Palacio Nacional “El Cocodrilo” tabasqueño.
La primera complacencia fue cuando popularizó “quién pompó” y en días pasados la inigualable selección de “uy que mello, mira como estoy temblando” dice la pegajosa tonada que dedicó a los presidentes de Canadá y Estado Unidos que no les debe haber causado mucha gracia, pero que sin duda fue el éxito de la semana en el hit parade de las radiodifusoras vecinas.
Ya en serio, debemos agregar que como mexicanos sentimos pena y vergüenza tener que soportar y aceptar que nuestro presidente tome tan a la ligera dando una respuesta trivial a un asunto tan delicado como es el Tratado de Libre Comercio que si no se acuerda le repetimos que es un escrito compromiso que signó nuestro país con los socios comerciales del norte y que las consecuencias, en caso de fallar, serían tan dolorosas como desagradables, amén de costosísimas, al intentar seguir protegiendo a las corruptas CFE y PEMEX
No es posible que López sueñe que puede darles a los mandatarios de los gobiernos asociados respuestas como acostumbra con los mexicanos que tenemos obligación de tolerar con frases: “no me salgan que la ley, es la ley” o la de “se hace porque se hace” faltando que adicionara la vulgar y provocativa sentencia, “por mis cojones”.
Será que “El Cocodrilo” ha pensado ¿qué dirán los aguacateros de Michoacán, los limoneros de Colima o los ganaderos del Bajío? que tan solo que nos den un apretón en las exportaciones es para ponerse a llorar.
Las manifestaciones bélicas de antaño en que el poderoso país se aprovechaba del débil enviándole a los Marines a invadir territorios con la veleidad que el pez grande se engulle al chico, es inusual.
Hoy la guerra es de dolores y de dólares, habría que recordar que el loquito de Trump con la simple amenaza de imponer una revisión exhaustiva a los tráileres mexicanos desquició la economía nacional.
Qué podemos esperar si a los productores agrícolas o a los fabricantes de piezas automotrices los castigan con un arancel mayor al que ya están pagando; sería la tumba comercial de los sufridos mexicanos que tuvimos la mala fortuna de escoger a un demencial y chiflado presidente que responde irresponsablemente con una frase trivial ¿o una rola de Juan Gabriel o Chico Che? Y mejor le paramos y no le damos ideas porque es capaz de salir con una cantada de Jorge Negrete: “Me he de comer esa tuna, aunque me espine la mano”.
Estamos hartos y los que no, deberían estar convencidos por la cantidad de acciones demenciales como el avión presidencial, tren Maya, “aeromuerto” Felipe Ángeles, refinería “Tres Bocas” y cuiden a su narco con abrazos no balazos, para estar seguros que si la patria no se muere es porque somos más sacrificio que valentía.
Para muestra un bastón, la sed de los nuevoleoneses a López no le quita el sueño, le interesa pavimentar el camino para que Morena gane la gubernatura que por error le prestaron a Sami el soñador, ¿o no se habían dado cuenta?…
Las promesas de ayuda de Adán Augusto fueron para dentro de dos años, si es que estamos vivos.