La zona norte. La zona sur. La zona aledaña a la zona metropolitana.
Nuevo León colinda con Coahuila y Tamaulipas. Nos ofrecen rutas carreteras. Parajes para la tranquilidad campesina, con destino al mar de La Pesca, Playa Bagdad y Tampico.
Por las carreteras de cuota estatales, circulan escondidos aquellos pobres de la tierra.
En las cajas de transporte pesado a la par de mercancías, se llevan las almas de quienes aún sueñan con cruzar el Río Grande.
Cocaína, crack, mariguana y ahora, en el futuro próximo, los cerebros de los autos Tesla.
Ya van tomando forma los parques industriales. Latifundios exentos de impuestos por 20 años como mínimo. Con tal de dar empleo a los habitantes de Marín, Higueras, Zuazua, Ciénega de Flores y Pesquería.
Los mandos superiores vienen de fuera. A supervisar la mano de obra bruta y muy barata.
Para los fotoperiodistas, las imágenes sonrientes de sus socios y de quienes se están enriqueciendo al comprar en un peso y vender en cinco.
Solo en México, un país tan rico, el verdugo es el mismo mexicano. En Nuevo León, los ejecutores, los beneficiarios de este círculo dorado de Tesla, son los mismos del TELMEC.
Quienes le dieron vida. Los acaparadores de predios ejidales. A los de la sonrisa eterna y sus placeres culposos.