Son en el primer cuadro de la ciudad el agua existe las 24 horas.
Al caer la noche, del sábado 9 de julio, la tribu de errantes, los enloquecidos, los ingresados al centro de salud psiquiatría musical, tienen su cita al consultorio de La Castañeda.
Salvador Moreno, vocalista, José Luis Escamilla “Pepo”, bajista, Omar de León, tecladista; Felipe Maldonado, baterista y Oz de León, guitarrista, quienes han desarrollado su carrera musical con un estilo muy particular de rock fusionado con otros estilos, que pueden incluir un poco de jazz, blues, hard rock, en momentos rozan con el punk, en algunas canciones se notan leves guiños con el ska, los acompañan en su 33 aniversario.
Al Café Iguana, los brazaletes naranjas y los verde fluorescente del meet and great, se cuelan en el escenario principal.
Pactada a las 23: 15 horas, desde la capital del país, La Castañeda, se presenta con un tinte oscuro y misterioso, aquí están muchos de los seguidores de la escena dark de México.
En las letras reflejan una imaginería propia que se relaciona en torno a «la locura» del ser humano y todo aquello que puede provocarla.
El espectro artístico de La Castañeda es no solo musical, sino también visual. Los acompaña un hombre vestido de doctor de época de la peste negra en Europa.
En muchas de sus presentaciones incorporan todo tipo de elementos escenográficos y escénicos que hacen de cada concierto un espectáculo muy completo: Cuadros que adornan el escenario, instrumentos musicales como el teclado y la batería son sostenidos por tambos oxidados, elementos urbanos, vestuarios completos en algunas ocasiones como «uniformes”, así como actos circenses, danza aérea, actores, actrices y bailarines que prácticamente personifican cada canción que se interpreta en vivo.
La Castañeda le debe el nombre al antiguo Manicomio de la Ciudad de México, un hospital psiquiátrico que abrió sus puertas en la época Porfirista que tuvo toda clase de internos; desde enfermos mentales hasta indigentes, ninfómanas, etcétera, y cuyas condiciones sanitarias, sociales y negligencias lo llevó a ser clausurado en 1968.
En las dos partes del espectáculo, de lo intimista a los éxitos de los 90tas, La Castañeda da un repaso, desde los Servicios Generales I y II hasta las producciones independientes.
En el patio central, un conjunto de chavalas, con covers de Greenday, arremolinan a una centena de graduados de adolescentes punks.
Los sanitarios llevan agua con potencia. Quienes pasan a refrescarse o aligerar la ingesta etílica, escuchan el sonoro mapeo de La Castañeda.
Tumba matriz, Secta de extraños, Viejo veneno, El loco, La fiebre de Norma, Gris normal, Sueños, Lucrecia, Nancy Llaga, La estación, Gitano demente, La dosis, La espina, Cautivo de la calle, Tloque Nahuaque, Misteriosa, Del barrio, La última noche, Cenit, Noches de tu piel y Transfusión son 33 años de historia.
Después de la una a.m. del domingo 10 de julio, la vida nocturna, el hedor, los primeros vientos refrescantes de la canícula, son el retorno a la realidad de una zona conurbada asolada y sedienta.