Cuando Alejandro de Macedonia llegó a la ciudad frigia de Gordium, alguien le contó que en un templo había un nudo imposible de desatar. Lo hizo el mítico fundador de la ciudad y prometía la conquista de Asia a quien lograra deshacerlo. Así como Indiana Jones solucionó a punta de pistola su problema con un espadachín, Alejandro Magno desató el nudo rebanándolo con su espada. Muy listo el muchacho. Pero Alejandro era a un tiempo hijo de un rey, de un faraón y de un dios. Nada más su madre, Olimpia, supo cómo hacer ese nudo genético que sólo pudieron desatar unas fiebres tercianas o un chínguere adulterado. Mis pobres inteligencia y autoestima, y mi prosapia terrena y plebeya, no son capaces de desatar con pulcritud ni las agujetas. Menos aún puedo desenmarañar el abigarrado crochet que se teje local, nacional e internacionalmente, por, entre, desde, hacia o contra México.
Como ciudadano debo preocuparme. El desconcierto no es un buen abono para la democracia. Esperaba que la densidad de odio con máscara de patriotismo cediera ante lo evidente. En campañas, militares o políticas, las emociones se inducen no se asumen. El odio es arma para la tropa, no para los generales. En cambio, aquí son los líderes políticos los que usan el odio como su motor y su mentor. Hemos llegado al punto irracional, vesánico, de que todo, hasta la declaración más boba, se genera a partir de un odio feroz al inquilino de Palacio Nacional, ¡una sola persona!; todos los argumentos, aun cuando sean verdaderos, son meramente circunstanciales. Como he insistido siempre: no hacen sino blindarlo. El pueblo no necesita ser sabio para notar lo que es absurdo y lo que es prejuicio.
La maraña de intrigas, indignación, verdades y mentiras, hacen un nudo peor que el nudo de Gordio. Tanto monta cortar como desatar, dirían los Reyes Católicos, pero aquí la espada de Alejandro acabaría amellada… La de Alejandro Magno, que no Alejandro Moreno ni Samuel Alejandro. Lo malo es que este nudo de tripas y vísceras se aprieta cada vez más. ¿Quiénes penderán en esta soga?
Los mexicanos tenemos al menos dos años en crisis, una crisis acumulada a las que ya teníamos hace muchos años. La pandemia expuso la mezquindad de los actores políticos. Luchamos contra un virus y contra la desinformación y la insidia generadas por diferencias que ni siquiera son ideológicas. La propia pandemia causó otra crisis más, la económica. Si los empresarios se dolieron de esto, la infantería ciudadana más. La guerra de la OTAN y Rusia, en Ucrania, remata esta situación y hemos visto que los precios de alimentos no cesan de subir. No veo a un político pichicateando su monedero para comprar un kilo de huevos o los nuevos litros de aceite de 800 mililitros. ¡Hasta la clase media aspiracionista sufre para comprar su jamón serrano! El nudo aprieta y ya cala.
Así ahora tenemos que aguantar el lastimero espectáculo de un líder partidista clamando por justicia en foros internacionales. ¿Perseguido político? “Alito” en su desesperación sigue aferrado a la torpe campaña que orquestó Claudio X desde Va X México, y antes. Me recuerda tanto a aquella mujer que se quejaba por la muerte de su hermano ladrón durante un atraco. “Él robaba, sí, pero no le hacía daño a nadie”. Tal parece que Alejandro, no magno, está en esa misma confusión sobre los valores morales, éticos, cívicos, patrióticos, etcétera… (sobre los valores pecuniarios obviamente no). No tengo por qué creer en los audios de “Alito” que dosifica Layda Sansores, pero ninguno me sorprende, y creo que la mayoría de los que los han escuchado tampoco… incluso dentro de su propio partido. En la imaginación popular ya se le condena, y a sus defensores se les ve como cómplices. Pierden el tiempo el PAN y el PRD sosteniendo a ese aliado justo ahora, cuando se calientan motores para el 2024. En lugar de replantear su alianza con el priismo con nuevos interlocutores (no con el PRI de “Alito”), hasta le asignan compañía para su gira, eligiendo de entre sus mejores activos. ¡Qué manera de quemar cartuchos! Tal vez Alejandro no magno tenga respuestas positivas en Europa, pero no será porque le crean sino porque, obviamente, la campaña contra López tiene también posiciones en el extranjero. Posiciones afianzadas no por la política sino por intereses económicos. ¡Como me recuerda a otro Alejandro, tampoco magno y apenas “senatore”, llevando denuncias ante tribunales internacionales! Pecadillos de juventud.
Asumo que estos espectáculos, así sean tan mediocres, son propios de nuestra farandulesca política mexicana. Lo que me molesta es otra cosa. Estamos en una situación bastante difícil. La pandemia no ha terminado. La economía no es un desastre, pero tampoco es estable. La seguridad sigue siendo una asignatura pendiente. ¿Por qué distraernos con Alejandro no magno y su gira de lamentaciones? Ese asunto deben resolverlo la Justicia, las autoridades electorales, los “aliados” de Va X México y, por supuesto, los priistas. Tal vez en Europa le crean, por ingenuidad o por interés. En México nadie puede creerle, ni sus defensores.
Así le siguen añadiendo lazos al nudo que se está volviendo corredizo y de donde acabarán colgando (virtualmente, espero) no sólo a corruptos, sinvergüenzas, partidos y alianzas sino, también a la paciencia de los ciudadanos. Lo que me deprime (además del reciente aumento en los aceites comestibles) es que cada vez compruebo más que en México no tenemos políticos de altura, ¡ni llevando a estos a la cima del Popo!