En temas de la seguridad, hay preocupación por varias razones en altas esferas del poder.
La principal es que desde 2018 los mexicanos han elegido además de Presidente, 29 nuevos gobernadores, renovado en dos ocasiones el pleno de 500 diputados federales y una vez los 128 escaños del Senado, casi en su totalidad los congresos locales y el grueso de las más de 2 mil 400 alcaldías y municipios que hay en el país y los números de la violencia prevalecen. Láminas recibidas por este columnista citan datos del INEGI respecto a que en 2019 hubo 36 mil 476 y en 2020 se registraron 36 mil 579 muertes violentas, y detallan que en 2021 fueron 33 mil 308 y hasta el 30 de junio de este año van 13 mil 127 homicidios dolosos, cifras que corrobora el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Pero hay más, información recabada por el área de inteligencia de diversas fuerzas federales —actualizada al cierre de 2019— refiere que en México hay más de 200 grupos delictivos de alto impacto, que son escisiones de los cárteles de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Los Zetas, Golfo, La Familia Michoacana, Caballeros Templarios, Beltrán Leyva, Juárez y Tijuana.
De ahí han brincado nombres de pandillas como Gente Nueva, Los Cabrera, Cártel del Poniente o de La Laguna, Los Aquiles, El Tigre, Del 28, Ciclones, Panteras, Zetas Vieja Escuela, El Chan, El Jorquera, Los Mazatlecos, Los Granados, Los Rojos, La Oficina, La Nueva Empresa, Los Tequileros y El Gallito.
En mayo pasado el Programa de Política de Drogas (PPD), adscrito al Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), documentó en la BACRIM 2020 al menos 150 cárteles y células delincuenciales que operan a lo largo de territorio nacional y que son detonantes de violencia.
La investigación, que puede ser consultada en su sitio web, advierte que el Cártel Jalisco Nueva Generación es el más poderoso con presencia en 23 entidades, seguido por Sinaloa con presencia en 13 y los del Golfo, Noreste y Nueva Familia Michoacana con presencia en 8 entidades cada uno. Destaca que en la Ciudad de México existen 51 grupos delictivos organizados. “Es un ejército oculto”, dice una fuente que advierte que nada cambiara en el corto plazo.
Y sí, el escenario esta difícil. Funcionarios, diputados y senadores consultados refieren que ante esta realidad en la que ya hay una renovación casi total del poder público —personificado en sus gobernantes y representantes populares en los poderes legislativos— y una clara falta de resultados que se traduzcan en una sensible disminución de la violencia, la estrategia de seguridad ha entrado a un callejón sin salida y habrá que esperar un relevo en 2024 en busca de que las cosas mejoren.
RADAR
Nos aseguran que la crisis por la que atraviesa la aviación mexicana tiene dos autores intelectuales, pero nos aclaran que es más por desconocimiento y dogmas políticos que por mala fe, se trata de Carlos Morán Moguel, director del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y Rogelio Jiménez Pons, subsecretario de Transportes de la SCT. Se espera que en breve ambos dejen sus cargos.
Desde la SCT, nos detallan expertos del sector, ambos personajes —primero Morán y luego Jiménez Pons—, comenzaron a tomar decisiones políticas en un asunto meramente técnico y especializado como es el manejo del tema aeronáutico del país y, anticipan, México no recuperará la categoría 1 en cuanto al nivel de seguridad y regulación aérea que otorga la FAA.
Pero no solo eso, hay otra auditoría encima para México y que es de mayor calado. Se espera que en noviembre la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) realice su Auditoría de Revisión Universal de Seguridad, la cual se lleva a cabo cada diez años y aborda legislación, autoridades, organización, licencias, operaciones, aeronavegabilidad, infraestructura, investigación de accidentes, servicios a la navegación aérea y aeródromos. Vaya sorpresa que le espera a la autoridad internacional.
Todos le echan la culpa de esta crisis aérea en México al rediseño del espacio aéreo cuando esto no tiene que ver exclusivamente con la degradación de la FAA… el problema es en tierra cuando se impone lo político a lo técnico pues.
@pacoresendiz
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