No te compliques…
Hay personas más conscientes que otras. Conscientes en el sentido de percepción, de estar despiertos al entorno y recibir del medio ambiente, esa comunicación sin palabras, de esos mensajes nítidos en forma de intuición.Mucho se ha hablado de este sexto sentido. Al parecer se trata de una especie de lectura que somos capaces de efectuar en la que, de manera no lineal, interpretamos las señales que recibimos de todo lo que nos rodea.
Esta comunicación es inconsciente, aparece de manera repentina como una impresión, una idea o una certeza emocional. Todos tenemos la capacidad de tener estas percepciones… el detalle es que en ocasiones les hacemos caso y otras veces la ignoramos. Pero la certeza, es que la intuición raras veces se equivoca.
Puede parecer una conocimiento ilógico o sin mucho sentido, pero es real. Y conviene actuar según se sienta esa corazonada.
Recuerdo que en la película Hustle el entrenador está convencido de que ha encontrado a un gran talento del basketball tras observar unos minutos de un juego callejero en el que Bo Cruz se desenvolvía con gracia. Habían sido solo unos momentos, pero la certeza se instaló en el centro de su ser. Sabía de sobra que el joven no tenía una disciplina deportiva ni ningún entrenamiento formal, no pertenecía a ningún equipo, y de hecho, era trabajador de la construcción. Pero él detectó “ese algo” en el jugador… ya sea en sus movimientos, su velocidad, estatura o fuerza con la que se movía. Así, creyó en su intuición y apostó por el chico.
Sin embargo, la osadía le costó caro; pues su jefe no encontraba en el recién llegado los talentos que el coach aseguraba que existían y lo corrió. Sin embargo, aferrado a esta certeza emocional, y después de un entrenamiento muy riguroso, al final Bo se sumó a un equipo de la NBA y, el coach vió restaurada su posición.
En este ejemplo, seguir la intuición generó la trama de una película, pero en la vida real, nos puede llevar a decisiones exitosas, relaciones llenas de armonía, vínculos sanos y en fin, una vida más plena en conexión con nosotros mismos.
Así que la próxima ocasión que tengas una corazonada… no batalles y síguela.