Golpe y porrazo. Les aumentaron los productos lácteos. Toda la canasta básica. Los trabajadores han visto pulverizados sus ingresos Incluso ya están pensando en tener un segundo empleo.
Pedir ayuda gubernamental. Vales de despensa. Vender entre los vecinos implementos y cosméticos.
Lo hacen para llegar a fin de mes.
La gasolina y el gas no frenan la escalada en sus costos. Sugieren a los diputados y a quien pueda, en el escalafón de participaciones, inyecten subsidios de manera urgente e inmediata.
A medio año, el cinturón ya está muy apretado. Los gastos fijos tienen en número rojo cualquier expectativa.
Las vacaciones familiares de la temporada alta, postergadas hasta nuevo aviso. Cambios de teléfonos celulares, planes de cobertura para seguros médicos, solo para lo elemental.
El auto aguanta dos años más. Si se le da buen mantenimiento. Emancipar a los hijos, aun antes de los 18, no está mal la idea.
Así valoran y se vuelven responsables. Jamás estimaron constatar como los ahorros se fugarían con velocidad ultrasónica.
Ni modo. Nos alcanzó la modernidad. Debemos de ponernos al día. El apocalipsis de los años de gobierno cobra las cuentas.
Nos referimos a Alemania unificada. Bastión de la comunidad económica europea. Quienes la están pasando tan mal con todos los incrementos en los precios de los servicios generales y la canasta básica. No sea mal pensado.