Afecta a una sociedad plural. La imposibilidad para la mujer de determinar sobre su cuerpo. Quienes deciden interrumpir un embarazo no lo hacen por moda.
Mucho menos para colgarse una medalla en la pechera.
El aborto no es un homicidio asistido. La forma razonable para una existencia justa. De evitar la metafísica en lo racional.
Penalizar a quien se equivoca en las cuentas, la convierte en proceso judicial. Debemos mirar al vecino del norte. Retirar la posibilidad de autodeterminación a la mujer, les regresa un siglo.
En México, algunos estados arraigados en la doble moral, colocan en situación doblemente compleja.
Nuestro mestizaje guadalupano, privilegia la vida desde la concepción. Reduce a situación fisiológica el acto espontaneo de la sexualidad.
Inventar viajes de estudios al extranjero fue por mucho tiempo la cartilla de salvoconducto para aquellas hijas de familia acomodada.
La penitencia del desliz calando en el tormento de la desgracia. La mujer debe ser casta, pura y sin kilometraje.
Nuestra realidad emancipada no es equitativa. El varón apreciado es quien fantochea de sus hazañas. De la famosa libreta con nombres de conquistas. Con fechas y situaciones explicitas.
Hace falta, en los Estados Unidos de América y en los Estados Unidos Mexicanos, la ayuda de expertos en la materia.
Y no de políticos de segunda, sacerdotes católicos y ministros protestantes, sin la menor idea de la palabra compasión.