Hacia el interior del PRI hay inconformidad con su dirigente José Luis Garza Ochoa y, dicen, que por su postura “blandengue”, se le compara con un flan.
Están inconformes porque su dirigente “no ha metido en cintura” al ex gobernador Benjamín Clariond y al alcalde de Apodaca, César Garza Villarreal.
Les inconforma que tanto “El Benjas”, como César, le hagan el juego y le den los reflectores a Samuel García, antes qué al PRI, que les ha dado todo.
De Benjamín no les extraña su “vedetismo”, pues es de la misma casta de empresarios, como Fernando Elizondo y su primo Fernando Canales Clariond.
Sobre César, ven con riesgo el que esté cayendo al igual que Ulises, “escuchando el canto de las sirenas”, o bien, “atrapado entre las redes”.
Dicen que “Ni Benjamín ni César deben ser interlocutores entre el gobernador y los diputados, porque antes de todo, primero es el PRI, no ellos”.
Garza Villarreal, dentro del PRI, es el militante mejor posicionado en NL y esto le permite, al concluir su periodo en el 2024, buscar una de las senadurías.
Le mandan mensaje a César: “Que recuerde que entre los priistas nativistas y medinistas no es bien visto y perversamente ya le han metido sus zancadillas”.
Y al diputado federal y presidente del CDE del PRI, le piden que se olvide de la tersura partidista y que se faje los pantalones. ¿O acaso les tiene miedo?
Que convoque a los sectores, (Carlos Barona con cubre boca y no hable) para apoyar a sus diputados y no caigan en el dicho: “With money dances the dog”.
Total, si priistas “fifi” no asisten, pida a Ismael Flores Cantú le apoye, como en la vieja política, con las verdaderas fuerzas vivas que hicieron al PRI.