En los años sesenta por televisión blanco y negro se transmitía un programa western que se llama “El Epitafio de Tombstone Arizona, el pueblo que se negó a morir” rezaba el slogan como firma del adiós definitivo de un poblado que intimidado por pistoleros llenaban los panteones y las pocas viudas que sobrevivían emigraban a otro lado.
Son muchas las voces de alarma que aseguran lo que se atrevió a decir la Senadora Lily Téllez en la máxima tribuna de la elocuencia del país, señalando que el disimulo por parte de gobierno del presidente López ante los cárteles de la mafia se debe a que son increíblemente el brazo armado de los mafiosos y la verdad, yo empiezo a convencerme de auténticas las acusaciones duras de la senadora que fue conductora de televisión.
Si estas afirmaciones albergan algo de cierto es para ponernos a temblar sobre todo los hermanos que viven actualmente en el estado de Tamaulipas que nos hacen recordar a la época de las reyertas de las familias Guerra vs los Fierro, de Juan García Ábrego, Juan Nepomuceno Guerra, Dimas de León, Generoso Garza Cano, Silvano Gracia, o de los más recientes Juan Cantú conocido con el mote de Juan “El Coyote” que aunque nacido en China, N.L. siempre se consideró que era oriundo de Reynosa, Tamaulipas tal vez porque hasta en la mafia existen categorías y es de mayor caché ser pistolero de la frontera a ser de un pueblo como San Felipe de Jesús-China Nuevo León.
En unos cuantos días habrá elecciones y uno de los territorios en juego es el singular estado de Tamaulipas que está lleno de misticismo y la fronteriza tierra está caracterizada por el sudor de su gente que trabaja y la sangre de los que se dedican a ser canallas.
Hablar del corredor de la muerte de Miguel Alemán, Camargo, Nuevo Laredo, Díaz Ordaz, Valle Hermoso —que ni es valle, ni es hermoso— Victoria o Estación Manuel o Tampico es hablar de violencia, ya no se diga Matamoros, sin olvidar a Reynosa, cantaba El Piporro en sus “Chulas Fronteras del Norte”.
Se ha continuado cultivando el embrión de la violencia y el encono porque no podemos negar que en ese estado el chamaco es chillón y lo pellizcas, tampoco es nuevo que las carreteras como la ribereña o poblados como Río Bravo y sus vecinos americanos están pintados de rojo carmesí y en la temporada de elecciones es momento idóneo para hacer que salga el otro yo del ciudadano que algunas ocasiones está en calma.
Tampoco es novedad que muchos canallas que hacen sentir el peso de sus armas y el poderos caballero es don dinero, donde se compra de todo, hasta pechugas de ángel suelen decir los mafiosos encargados de la plaza mientras los señores de verde olivo o la “gloriosa” Guardia Nacional están dedicadas más a cuidar las admini$tracione$ de los puertos marítimos o terrestres que resguardar el orden y la ley de los que deben respetar la disciplina, sobre todo que existen las manifestaciones políticas, ya ven que un ineficiente e inexperto Egidio Torre —gobernador— entró al relevo porque asesinaron a Rodolfo su hermano en un baño de sangre común en la tierra donde hablan las armas y no la razón.
De las demás justas eleccionarias dicen los que saben, habrá pelea cerrada a excepción de la señora Carolina Viggiano esposa de Rubén Moreira en Hidalgo que ni su cuñado Humberto la quiere, con pena y resignado, Morena tendrá más triunfos que la oposición que sigue sin entender que ya no es como antes, que poniendo cualquier pelagatos ganaba.
Hoy siguen sirviendo la mesa para que ya saben quién, se siente a degustar las opíparas viandas del poder, no por buenos, sino porque son los menos malos.
MENUDENCIAS: Cumplieron ocho meses en el timón y el ISSSTELEON sigue siendo un desastre, faltante de medicinas, citas para consulta para cuatro a cinco meses. Increíble, siguen acusando falta de equipaje, sabiduría y sobre todo… experiencia.